domingo, 28 de mayo de 2017

Música y misticismo


<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 14/11/1993>
<PAGINA>: LA OTRA PALABRA
<TITULO>: Música y misticismo
<SUBTÍTULO>: Reflexiones sobre un concierto de sitar
<AUTOR>: Alfiar
<SUMARIO>: El sitar, un instrumento musical adecuados para alcanzar el equilibrio interno y la elevación espiritual del alma y el cuerpo.
<ILUSTRACIÓN>: Fernado Díez
<CUERPO DEL TEXTO>:


       El pasado día 28 y 29 de Octubre, el Aula Libre de Orientalismo y Ecología, ALOE, organizó en el Salón de Actos de Caja Canarias, un doble acto cultural. Con él, pretende iniciar un proyecto cuyo nombre genérico es "Comprender: un paso hacia la felicidad".
El acto dio inició con unas palabras de Alejandro Togores, alma de ALOE, que hizo la presentación de ese controvertido personaje que es Fernando Sánchez Dragó; este, a su vez, era el presentador de Fernando Díez quien, al día siguiente, nos deleitaría con un exquisito concierto de sitar.
(...)

lunes, 22 de mayo de 2017

La Singladura de Occidente 62

La Singladura de Occidente
Capítulo 62
Divididos por la mitad (V)
 
Lo que la Antigüedad nos dice (entiendo por Antigüedad todo el Saber acumulado por la Humanidad a lo largo de miles de años y que la Ciencia desprecia por considerarlo antiguo y obsoleto, al encontrarse expresado en otro lenguaje -simbólico y mítico-, y que se niega a considerar) es que el ser humano es algo más que su entorno, pues posee un atisbo de otra cosa, cierta energía, que le permite ser más inteligente que la Vida en cuyo seno se encuentra.
No es difícil percibir que tenemos una superficie que se roza con la superficie de la Vida, y que entre esas dos superficies discurre nuestra propia vida, y que ese discurrir lo hace entre y por los opuestos. En nuestro caso hemos de comprender además que no solo tenemos una superficie física, sino que también tenemos una superficie psicológica.
La realidad es que nunca nos preocupamos por nuestra superficie psicológica, suponiendo que pensemos en ella; para la mayoría solo es esa atracción que se deja llevar por lo que acontece, por las opiniones de los otros, por lo que escuchamos, por lo que leemos…, por el qué dirán. Las tradiciones antiguas dicen que si es así estamos muertos. Porque a menos que uno sienta que se está viviendo la vida, se está muerto, pues no existe tensión entre las dos superficies, la superficie de la vida y nuestra propia superficie. Estar vivos es sentir la tensión que se genera entre ambas. Tiene que ver con la Termodinámica y la Entropía. La vida fluye por nosotros cuando nuestra temperatura es más alta que la temperatura de la vida.
Nuestra superficie, ya sea física o psicológica, intelectual o emocional, nos separa de la vida exterior en la que estamos inmersos. Todas las cosas tienen una forma particular cuya superficie las separa de aquello dentro de la cual viven. Pero el hombre dispone, además de su superpie física, de otra superpie, algo que, al menos apartentemente, no poseen las formas de la naturaleza: una superficie psicológica. Los griegos dirían que dispone de una psique. Por ello el hombre es el único ser de la naturaleza que parece disponer de un destino físico y de un destino psicológico. Y, ambos, son opuestos, aunque complementarios.
Debemos darnos cuenta de un hecho: vivimos en este planeta entre opuestos. Debemos comprender que cuando se está en un opuesto (siempre estamos en alguno), no solemos tener conciencia del otro, y viceversa. El problema es que no podemos escapar de los opuestos, a menos que sepamos como hacerlo y, desde luego, no es aniquilando uno de ellos. Es necesario, primero, ver ambos lados de uno mismo, y es preciso ver la forma en que un lado ayuda al otro. Esto requiere de un pensamiento doble, de una conciencia doble. Requiere tener plena conciencia de sí, no solo de nuestro lado externo, sino también de nuestro lado interno.
¿Qué significa esto? Significa que hemos de conocernos y luego nada en exceso.
¿Qué significa exceso? Significa que oscilamos demasiado a la derecha y luego demasiado a la izquierda en el movimiento de nuestro péndulo interno. Nada es más penoso que la bondad excesiva, o nada es más irritante que la intransigencia excesiva. Todas nuestras formas de vanidad y de orgullo, nos permiten creer que solo hacemos el bien y que por ello debemos ser merecedores de admiración y recompensa. Pero nuestro equilibrio, el caminar con las dos piernas, nada tiene que ver con el orgullo, la vanidad, o la admiración, ni siquiera con la necesidad inconsciente que tenemos de estas cosas.
El Evangelio (aclaro que para mí solo es una historia mítica) dice:  Bienaventurados los pobres de espíritu”. Ser pobre de espíritu, en el lenguaje simbólico de mito, significa “no identificarse con uno mismo, con lo que uno cree que es”. Un aforismo sufí dice: “Toda vida verdadera es la paz y la armonía de los contrarios. La muerte se debe a la guerra que existe entre ellos.


Para los griegos, cuando un opuesto pasaba los límites del otro, se decía que existía un estado de Injusticia. La Justicia o Rectitud se consideraba como un estado de equilibrio (La Justicia sostiene una balanza equilibrada en su mano, y desde luego no es ciega, pero si consciente de la polaridad representada por los dos platillos de la balanza). El Hombre Justo, en casi todas las tradiciones, es el Hombre Recto, el hombre que está en equilibrio entre los opuestos y no sobre ninguno de ello. La diosa egipcia Maat, que representaba el orden equilibrado, tenía por símbolo una pluma de ave, por ello se encontraba presente cuando el alma (el Ka) del difunto era pesada ante Osiris. La pluma, en un platillo de la balanza; en el otro, el Ka. Ambos debían permanecer en equilibrio. Un hombre así, un hombre justo, nada tiene que ver con los caprichos de sus deseos, de sus emociones o de sus impulsos instintivos, que oscilan entre los opuestos, eternamente, incansablemente, como el Yin y el Yang.

domingo, 14 de mayo de 2017

Carta a mi madre


<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 07/11/1993>
<PAGINA>: LA OTRA PALABRA
<TITULO>: Carta a mi madre
<SUBTITULO>: Relato de una experiencia
<AUTOR>: Rafael C. Gómez
<SUMARIO>: Cuando la persona fallecida corta sus lazos con la "carne", el espíritu se libera; en forma similar debe ser liberada la imagen de esa persona que guardamos en nuestro interior.
<CUERPO DEL TEXTO>:


Querida madre:

Va para cuatro meses que emprendiste ese viaje del que muchos dicen que es sin retorno, aunque tu y yo sabemos que tenemos que volver a esta escuela planetaria, mientras no hayamos aprendido lo que nos trajo aquí por vez primera.
He querido dejar pasar ese tiempo prudencial que tu espíritu necesitaba, después de abandonar tu última vestidura de carne, para desprenderse de todo aquello que constituyó tu vida personal, a la vez que comenzabas a conocer esa nueva realidad en la que ahora te encuentras. Una realidad en la que ya no tienes nombre ni forma.
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domingo, 7 de mayo de 2017

La Singladura de Occidente 61

La Singladura de Occidente
Capítulo 61
Divididos por la mitad (IV)

Nos despedimos en el artículo anterior con la inscripción que había sobre el Oráculo de Apolo en Delfos: “Conócete a ti mismo. Nada en exceso.”
La recomendación que daba el oráculo es que primero un hombre ha de conocerse así mismo y para ello debe oscilar entre sus extremos (psicológicos) para conocerlos. En las Antiguas Escuelas de Sabiduría este conocimiento se alcanzaba después de largos años de aprendizaje. El hombre sabio era el que había llegado a conocer los opuestos de sí mismo y era conciente de ellos.
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