La Singladura de Occidente
Capítulo 60
Capítulo 60
Divididos por la mitad (III)
El Eclesiastés nos muestra que todas las cosas son doble, la una contra la otra, lo que quiere
decir que en todo hay un opuesto, por el cual existe y al cual se opone y del
que no se puede separar. Filón de Alejandría señalaba también que:
“Aquello que está hecho de dos opuestos es Uno, y cuando Uno es dividido, los opuestos aparecen”.
(...)
Pensemos por un momento: ¿Qué hace un péndulo? Oscila de un extremo a otro. Lo que el Tao nos dice es que todas las realidades oscilan entre sus dos polos, que son opuestos entre sí, al igual que lo hace un péndulo. En su oscilación, al llegar a un determinado punto, un extremo, en una dirección cualquiera, el péndulo se detiene. En ese momento comienza a actuar el polo (la fuerza) contrario. Por ello, cualquier par de opuestos (positivo-negativo, izquierda-derecha, bien-mal, etc.) toman alternativamente el poder. Cuando el péndulo oscila del todo a la derecha, la derecha se vuelve débil, y la izquierda comienza a tener el poder. Y viceversa.
Las antiguas Tradiciones conocían esta Ley, a la que llamaban
Ley del Péndulo. Las conversiones
religiosas, por ejemplo, obedecen a esta Ley que se usaba en las Antiguas Escuelas
de Sabiduría, como la pitagórica y, antes, en las egipcias, para conseguir el
equilibrio en nuestros opuestos emocionales, mentales y anímicos.
Pensemos por un momento: ¿Qué hace un péndulo? Oscila de un extremo a otro. Lo que el Tao nos dice es que todas las realidades oscilan entre sus dos polos, que son opuestos entre sí, al igual que lo hace un péndulo. En su oscilación, al llegar a un determinado punto, un extremo, en una dirección cualquiera, el péndulo se detiene. En ese momento comienza a actuar el polo (la fuerza) contrario. Por ello, cualquier par de opuestos (positivo-negativo, izquierda-derecha, bien-mal, etc.) toman alternativamente el poder. Cuando el péndulo oscila del todo a la derecha, la derecha se vuelve débil, y la izquierda comienza a tener el poder. Y viceversa.
No es sencillo
comprender la realidad de estas dos Fuerzas y su manera de obrar, que en su
realidad primaria se refieren a la sustancia básica de la Realidad que es la Energía. No es sencillo porque
nos exige un pensamiento doble. Estamos acostumbrados a pensar en función de
una cosa y, de forma inconsciente, la comparamos con otra, generalmente su
opuesto. Pero no nos han enseñado a pensar en función de ambas cosas a la vez,
en los dos opuestos a va vez.
Imaginemos que esas
cosas polarizadas son fuerzas (en
Física, la fuerza es una magnitud
vectorial que mide la intensidad del intercambio de momento lineal entre dos partículas) que oscilan según la Ley del Péndulo. La naturaleza de estas dos fuerzas opuestas es la que gobierna y
limita todas las cosas, llevándonos a demasiado
exceso o a demasiada carencia.
Todos los fenómenos, todas las cosas visibles, toda la vida que conocemos, se
desarrolla entre fuerzas opuestas,
que ahora oscilan hacia un lado y luego hacia el otro.
Si llegamos a darnos
cuenta de ello, comprenderemos que el tiempo
es diferente, en diferentes momentos.
A pequeña escala notamos que si hoy
poseemos un momento feliz, tal vez tengamos un mal momento mañana. Esta es la
realidad de la Ley del Péndulo.
El Eclesiastés dice:“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de curar; tiempo de destruir y tiempo de edificar; tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de lamentar y tiempo de danzar; tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de despachar; tiempo de callar y tiempo de hablar; tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz.”
Imaginemos por un
momento lo que sucedería si solo fuera posible: siempre plantar, siempre
nacer, siempre edificar, siempre llorar, etc. El Eclesiastés
sigue diciendo que “Todo llega a su fin y
se convierte en su opuesto en el tiempo.” De modo que, cada cosa será, inevitablemente,
reemplazada por su opuesto.
¿Qué quiere decir que
se llega al fin de una cosa? ¿Hemos
pensado que el fin de la pena es la alegría y viceversa; que el fin del llanto es la risa y viceversa? Cuando tomo conciencia de que en la Vida,
todo, absolutamente todo, descansa y oscila entre opuestos, puedo comprender que
es lo que controla los eventos (esos
sucesos aleatorios que aparecen en la Historia así como en nuestras vidas y a los que
me refería en artículos anteriores) y como la propia vida es controlada por
esta Ley. Todo es el resultado de dos fuerzas
opuestas que tienden a contrarrestarse la una a la otra, produciendo de
este modo un equilibrio en todas las cosas.
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