domingo, 14 de agosto de 2016

La Singldura de Occidente 42

La Singladura de Occidente
Capítulo 42
Lo que los Memes Naranja y Verde no quieren mostrar (3)
 
Continuamos con los agujeros negros de nuestros sistemas de enseñanza: la comprensión humana es el . Excepto algunos superficiales intentos del Meme Verde sano, absolutamente nadie se ha preocupado por enseñarnos a relacionarnos los unos con los otros. Solo algunos de los grandes líderes espirituales -Buda, Cristo, Krishna- hicieron referencia a ello, aunque solo Jesús, si realmente fue un personaje histórico, lo formuló claramente: “amaos los unos a los otros”. Y no se trata solo de que nos lo expliquen como información, sino de cada ser humano que pasa por un centro de enseñanza, de cualquier nivel, llegue a comprenderlo.
(...)
Explicación y comprensión no son la misma cosa. La explicación considera que el alumno, cualquier ser humano que quiere aprender, en solamente un objeto; pero la comprensión ha de tener en cuenta al sujeto. El conocimiento de otro ser humano, en tanto que sujeto, tiene que ver con la empatía, con la identificación y con la proyección. El ser humano actual tiene una gran carencia de comprensión. Es cierto que no es fácil conocer a las gentes, pero lo alucinante es que ni siquiera comprendamos a los que nos rodean, a nuestros familiares, a nuestro hijos, a nuestros amigos… Pretendemos ser tan individualistas que nos hemos llenado de incomprensión, que justificamos echándole la culpa de todo cuanto sucede al prójimo.
Cuando se observa un conflicto de relación, podemos darnos cuenta que cada cual solo retiene la palabra ofensiva que el otro ha pronunciado, olvidando la suya, como si esta fuera solo una respuesta a la palabra que nos agrede.
Quien trate de criminal a quien ha cometido un crimen reduce todo el resto de su personalidad, todo lo que haya podido hacer por otra parte a este solo crimen que ha cometido.” (Hegel).
Lao Tsé decía que para comprender al prójimo primero ha de comprenderse uno a sí mismo.
La incertidumbre es el 5º agujero negro. Tampoco se enseña que aprender es tener que afrontar la incertidumbre. Todas las asignaturas, todas las especialidades, toda la cientificidad, están llenas de certidumbres. Heisenberg, físicos alemán y Premio Nobel en 1933, descubrió que no podemos tener certidumbre de nada; Einstein descubrió que todo es relativo; la Física Cuántica manifiesta que todo depende de la posición del observador…; la Historia nos evidencia la infinidad de veces que pueblos, naciones o grupos que deberían haber desaparecido o cambiado por cataclismos, guerras u otro tipo de fenómenos, no lo hicieron. Incluso Eurípides, hace decir al Corifeo en el “Alcestes” y en “Las Bacantes”, el mismo mensaje: “Zeus nos ha creado muchas sorpresas, pues lo inesperado llega y no es lo esperado lo que llega”. Nadie le escuchó nuca. Para las grandes civilizaciones mal llamadas tradicionales, el eterno retorno de lo conocido era ya diferente. Los mayas decían: “Lo que fue ayer, volverá a ser mañana, aunque no de la misma manera”.
Todo alumno debería aprender que el desarrollo de la aventura humana es un misterio, algo que nos es desconocido. Morin señala que poseemos dos instrumentos para afrontar lo inesperado: “…el primero es la consciencia del riesgo así como la posibilidad. (…) El segundo…, es la estrategia, es decir, ser capaz de modificar el comportamiento en función de las informaciones, los conocimientos nuevos que nos aporta el desarrollo de la acción.”
Al 6º agujero negro le llama la era planetaria. A los últimos cinco siglos la hemos llamado Tiempos Modernos y, en ellos, desde las época de los grandes descubrimientos geográficos en los siglos XVI al XIX, incluyendo la colonización, la esclavitud, el colonialismo, la dominación del mundo por parte de Occidente, dos guerras mundiales, innumerables crisis económicas o de otra índoles, hasta la apertura de las comunicaciones, la globalización, el despliegue del mercado mundial, etc.… ¿Tenemos conciencia de que el destino del ser humano es ahora común para todos los habitantes de este planeta?
El que sea común no quiere decir que deba ser igual y homogéneo para todos. Aunque eso es lo que pretenden algunos. Los estudios históricos nos dicen que se han producido dos fenómenos de mundialización: el primero a través del colonialismo, la dominación y, en la actualidad, a través de la explotación económica; el segundo, “…comienza casi al mismo tiempo, particularmente con Bartolomé de las Casas. Este monje español tiene el valor de decir que los indios son seres humanos que tiene alma en el curso de las controversias de Valladolid.” (Morín). Si vivimos una era planetaria: ¿Por qué no establecer una ciudadanía planetaria, aunque de momento solo sea en nuestras conciencias? Y si podemos tener todos conciencia de ser ciudadanos del planeta, ¿por qué generar guerras civiles entre nosotros? Ortega y Gasset decía que no sabemos lo que pasa y eso es precisamente lo que pasa.
Al y último agujero negro lo llama antropoética, una ética del hombre, una ética a escala humana.
"Somos seres humanos y a la vez individuos; somos una pequeña parte de la sociedad y también un fragmento de una especie. Pero, en el seno de nuestra especie individual, la sociedad es presentada con su cultura, sus normas, sus leyes. La especie está igualmente presente: para que la reproducción de la especie continúe hacen falta dos individuos de sexo diferente" (Morin).
Una lesbiana o un homosexual, un negro o un amarillo, un indio lakota o un aborigen australiano, no deja de ser un ser humano. Fin del problema. La ética antropológica…, nuestro ser individual con sus responsabilidades, nuestras participaciones sociales, y nuestra inclusión en el género Hombre, son los imperativos de nuestra complejidad y deberían ser complementarios.
Morin señala que hay dos puntos que parecen divergentes: por un lado el punto individuo/sociedad. Lo que nos ha conducido a lo que llamamos democracia formal, un sistema en que los controlados controlan a los controladores a través del voto. Al menos eso se supone. Esto apunta a que las personas sean responsables y solidarias y que las últimas decisiones no estén en manos de “expertos”, porque entonces la democracia desaparece; por otro lado, el punto individuo/especie nos enfrenta a una ética del género humano a fin de civilizar la Tierra.
Habrá que esperar a que los memes de segundo nivel, Amarillo y Turquesa, crezcan en número y adquieran poder operativo. Mientras tanto, como señala el Tao, el trabajo es individual en uno mismo e intentar, para aquello que tengan conciencia de ello, rellenar estos agujeros negros de nuestros sistemas educativos


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