La Fuente
Iluminada
(continuación)
Cuarta Parte
(continuación)
(continuación)
Sobre la energía orgónica
Aprender a conocer dentro de
vosotros esa energía que os llega y que os puede enseñar a descubrir el
principio energético orgónico, que es el que encierra el secreto de la Vida. La luz orgónica es
negra en su origen. Luego se acumula y se centra en un punto, también negro,
que encierra en sí mismo todas las potencialidades de vida.
(...)
A través de círculos
concéntricos la vibración orgónica va descendiendo y ampliando su centro, dando
lugar al difuminado origen de la luz azul, que va cobrando intensidad según va
descendiendo en gradación hasta los planos inferiores. Al crearse en esos
planos el principio de la materia, la luz empieza a tener brillo y se torna
blanca al ser reflejada por los átomos más densos.
Dentro de vosotros esta luz
está en su estado original, y vuestra mente debería alcanzar su punto de
conexión con ella, aprendiendo a conectar vuestra visión interior con estos
planos sublimes donde queda fuera toda posibilidad de imagen. Aprender a ser
canales de esta purísima vibración, para que vuestro ser inferior pueda ser
transmutado con su fuego interno, alcanzando la transfiguración de cada una de
sus células.
La onda emanada
Entender el proceso que os voy
a explicar: Más allá del tiempo y del espacio está el SER, que ES en sí mismo,
conteniendo en su interior todas las formas no creadas y toda la potencialidad
de conciencia aún no expresada. En la misma fuerza de este estado de SER, surge
la radiación divina de energía que va poniendo en la forma toda esa
potencialidad latente. Ya os hemos dicho cómo ésta creación se va efectuando a
través de círculos concéntricos, cómo baja en la escala vibracional y cómo va
condensando su energía en estadios cada vez más densos, hasta alcanzar los
estadios materiales en los que vosotros estáis.
El camino de retorno a la
conciencia unificada es a la inversa. De los estados materiales de densidad
profunda, hay que ir eliminando esa densidad clarificando sus moléculas con un
proceso vibratorio. Cada átomo debe de vibrar a un nivel más alto para que los
órganos que conforman vayan también clarificando su proceso en la luz, y cada
órgano debe de colaborar a que la totalidad del ser físico alcance esa
vibración libertadora.
El proceso es difícil, porque
todavía no se tiene la conciencia preparada para poder entender bien la mejor
forma de hacerlo. Pero yo os digo, hijos míos, que no os preocupéis si algo
falla y no veis claro si el trabajo se está haciendo correctamente. La sola
intención en la pureza del camino es la garantía de que el esfuerzo no es
inútil. Cuesta mucho alcanzar un poco más de luz, es cierto, pero cada paso
alcanzado, por pequeño que sea, es retenido y fructifica en otro paso dado
hacia adelante con firmeza.
Los giros con los que se
distribuye todo ejercicio de penetración de la onda emanada, tienen su
principio en el ritmo expresado por el pensamiento. Alcanza su máxima expresión
según va deslizándose por los planes superiores, y sólo debe interferir en
aquellas zonas en que la materia está siendo modificada en su estructura.
Cada átomo de fuerza carece de
expresión mientras no se determina el lugar en el cual debe de desarrollar su
energía potencial. Una vez ubicado en su molde, prepara con su giro el deslizamiento
de la energía potencial encerrada en él, y pone en funcionamiento toda la luz
contraída que forma su entidad.
El ritmo descendente
Paz y amor al ritmo de esta
escala divina de creación, donde el orden descendente de la energía marca el camino
del primer impulso. Adivináis en estas notas musicales que suenan ahora, la
escala interna espiritual que resuena en concordancia y correspondencia entre
el sonido y la obra divina. Dios, en su sabiduría infinita, marca el ritmo
necesario a cada átomo de energía que se emana de Él. Este ritmo es
universalmente conservado, expandido y desarrollado a través de los infinitos
mundos y espacios que conforman los universos, y es éste ritmo el punto de
unión que otorga la unidad a toda la
Obra.
Dentro de cada escala las
posibilidades de variaciones son infinitas, como infinitas son las formas que
componen la materia. Pero es en ésta esencia de ritmo donde se recrea la
generación de todo lo creado. Desde los más lejanos soles perdidos en universos
aún no conocidos, hasta el más pequeño grano de materia ahí en vuestro plano,
la energía encerrada en el espacio de su ritmo marca las características del
influjo divino que dinamiza con su fuerza esta materia en manifestación viva.
La Vida se manifiesta a sí misma descendiendo desde los campos orgónicos a
través de las diferentes esferas de vibración, y al alcanzar el ritmo, su onda se hace visible y empieza
el orden en su manifestación. No puede existir vida sin sonido. Todo lo que es
vida es sonido, ritmo, nota, escala, demostración de fuerza energética. De ahí
que no es tan difícil el poder entender cómo la obra mágica del poder de la Vida puede ser alcanzado por
las conciencias que se aproximan a esta fuerza.
Porque ésta es la fuerza del
alma. Sólo el alma resuena dentro de cada ser con su nota específica. El cuerpo
es el instrumento que emite esa nota, y el resultado de todo ello es la
manifestación de la Vida
en un orden perfecto divino. No queráis saber más, que os baste para vuestra
reflexión esto que os digo.
El sueño de un sueño
Arriba se determina el momento
en que cada función de la energía debe tomar cuerpo real en esa vuestra
dimensión. Es por eso que, a veces, no comprendéis el desenvolvimiento del
proceso creador, ya que juzgáis con los patrones de ahí abajo lo que no tiene
que ser medido en esa dimensión.
La Palabra creadora es tan profunda y tan interna que sólo
aquél que ha sido tocado por la luz puede tener una pequeña idea de por dónde
van los caminos del Padre.
5 son los días del hombre, pero
los del Padre son 7. Arriba se determina, abajo se ejecuta, y los caminos son
iguales y paralelos en todas las dimensiones.
Lo que arriba se comienza se
termina abajo, y al descender la energía va impregnando de esencia divina
aquellos círculos por los que baja, ayudando de esta forma a la creación de los
mundos intermedios. Ni un átomo de fuerza es desperdiciado, todo tiene su
sentido, todo es necesario, todo es materia de luz, sea cual sea su dimensión.
Los mundos por los que la idea
creadora va iluminando su esencia son mundos en los cuales el Padre invierte su
imagen, dando origen a pequeños depósitos de energía con los que nutre
eternamente el punto de conciencia allí adquirido. Estos pequeños depósitos los
conocéis por el nombre de universos, pero no sabéis todavía la Ley por la que estos universos
son dirigidos a su realización, dentro del orden ejecutante.
¿Qué pensaríais si os dijera
que nada ha sido creado todavía, que todo lo que existe no es más que una
imagen metida dentro de una idea, metida a su vez dentro de la mente divina?.
Os puede parecer absurdo, y sin embargo así es. No existe nada, sólo es el
proyecto de una creación largamente pensada y recreada, en el cual la mente del
Padre va disponiendo el movimiento de aquello que está dispuesto a hacer.
Somos sombras de luz dentro de
la luz, y nuestro trabajo consiste en tomar conciencia al entender el proyecto
deseado, que ahora es sólo pensamiento. Cuando las conciencias de la sombras en
la luz adquieran el brillo que la luz original tiene, el proyecto podrá ser
realizado, recreado y entendido. Entonces allí será el encuentro del Padre con
su Obra, en una dimensión que no nos es permitido ni soñar.
A los seres que somos pensados
en todas las dimensiones de todos los mundos que son en los distintos niveles
paralelos, sólo nos queda ser conscientes de ésta verdad, y entender que sólo
si seguimos el camino hacia nuestras propias conciencias, es que permitiremos
que la luz del Padre nos inunde y nos enseñe el camino suyo que nos lleva hacia
EL, para poder ser uno con EL en el momento en que el "HÁGASE" sea
una realidad material.
Nuestro trabajo es difícil y
peligroso, porque el riesgo de quedar atrapados en los círculos oscuros en
donde la energía es detenida, es algo en lo que la mayoría de los seres pierden
su posibilidad de creación.
Hay un sólo camino hacia la
verdad, y ésta camino es tan variable, aún siendo único, como variables son las
condiciones en que cada ser tiene el punto de su conciencia. Sólo la idea del
amor que nos unifica en un solo pensamiento y la ejecución de ese amor es el
sendero de ascensión hacia esa fuente de origen, en donde tendremos algún día
nuestra realización alcanzada.
Soñar creando, y determinar las
circunstancias, acorta este largo camino, pues nos pone en el movimiento
primero por donde la voluntad del Padre es expresada. Cuidar que la pantalla de
vuestro sueño sea pura y transparente, para que pueda ser llenada con la luz de
los otros sueños que deben de unirse a los vuestros para poder hacer un trabajo
en común.
(continúa)
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