La Fuente Iluminada
(Continuación)
Ya es cumplido el tiempo
Escuchar bien: no vamos a
repetir estos mensajes por mucho más tiempo, pues ya es cumplido el tiempo de
todas las profecías y de todos los augurios. Vuestro destino planetario va a
ser controlado desde fuera, dado el extremo peligro que estáis corriendo y que
nos hacéis correr también a nosotros. Por eso, la Ley permite, sin faltar a la
libertad universal, que desde fuera, y también desde dentro, seres que nos
pertenecen introduzcan modificaciones en vuestros aconteceres y personalmente
produzcan cambios, cortando las energías mal dirigidas y volviéndolas a
encauzar hacia una meta más equilibrada.
(...)
Se van a ver sucesos notorios
que van a desencadenar el estupor de los hombres por no tener una explicación
que los justifique. Esos sucesos van a ser producidos y controlados por
nuestras naves, que desencadenarán un barrido energético por las zonas más
afectadas, haciendo que todas las energías cristalizadas se pongan en
movimiento, y que este movimiento se produzca dentro de las líneas armónicas
que construyen la vida.
Esto que os digo va a comenzar
ya a funcionar, pues el tiempo ha dejado de perteneceros. Ahora nosotros
aunamos y dirigimos nuestras mentes de forma conjunta, para lograr que la luz
no deje de tener expresión correcta en vuestro mundo material, en estos días de
dolor y angustia que os están sacudiendo. La Tierra reclama su paz y no sabéis dársela.
Nosotros ayudaremos a que esa paz sea posible, dentro de la influencia de la
luz en el corazón mismo del planeta.
La guerra. Orden y Caos
El orden en cualquier sistema
de vida es algo muy importante. Adquiere carácter sagrado cuando es realizado
con la trascendencia de un ritual, que es lo opuesto a la mecanicidad de la
rutina. El orden manifestado en el transcurrir del trabajo interno divino y en el trabajo externo material,
genera de por sí una apertura en la que la penetración de la energía se ve
facilitada.
Orden y caos conforman la
naturaleza del Universo. El caos, paradójicamente, da el equilibrio a las
fuerzas puestas en movimiento y hace que el orden no quede petrificado en su
naturaleza. Siendo desequilibrio, actúa como
un equilibrio en pleno derecho al impulsar el movimiento de la acción
generadora. Cuando el caos y el orden logran emparejar sus potencialidades en
alternativos y rítmicos ciclos, todo es manifestado según la Ley y se vuelve plenamente
armónico.
En vuestras vidas el orden es
el punto decisivo en vuestro trabajo. De por sí la humana naturaleza tiende a
un estado caótico, y es necesario equiparar el otro extremo de la balanza para
que la función de ambas se armonice. Vuestra falta de voluntad en ejercer un
principio de orden que afecte tanto a los pensamientos como a los sentimientos
y acciones, os lleva a no dejar desarrollar la energía creadora que os tiene
que servir para construiros, en vuestro sueño trascendente.
Ejercer una férrea voluntad en
que cada acto o pensamiento que emitáis esté dentro de ese orden establecido, y
ascender a alta categoría ritualística
el menor de vuestros gestos, para que de ésta manera la acción de ambos
extremos adquiera la estabilidad necesaria para ser fructífera en su
manifestación.
Hermanos, la guerra está ya con
vosotros. La impertinencia de los que tenían en sus manos las resoluciones a
tomar, para lograr la liberación de todo este horror que se ha acumulado, ha
dejado escapar una oportunidad única casi sin darse cuenta de ella. Ahora sólo
queda la ceguera de cada bando en sus consideraciones propias, con las que
pretenden justificar esa enorme cantidad de errores cometidos.
Escuchar, hijos: vienen tiempos
tormentosos para el hombre, pues es necesario que en este punto crítico se
produzcan unas modificaciones a nivel universal, tanto en las conciencias
personales como en el mismo sistema del planeta.
La ubicuidad de todos los
objetivos será alcanzada cuando se despierte la ira de los elementos. Tenéis
que saber que en Austria surgirá un punto problemático que derivará en grandes
preocupaciones para todos. Los guardianes de esa zona intentan aminorar las
consecuencias de la catástrofe, pero eso es algo inevitable.
Se contaminarán grandes zonas
habitadas, y el hambre y el dolor tendrán en ellas su morada. Todo empezará
pronto. Si el Padre deja de miraros. la sombra roja se extenderá indefinidamente.
Pero su mirada os cubre y os contempla en el silencio de su amor.
Esperamos que el eco de
nuestras voces resuene con fuerza en el
espacio etéreo que rodea la Tierra. La insensatez que en estos momentos
obliga al planeta a sufrir las consecuencias de las acciones de sus hijos, está
siendo conducida a producir un mayor número de errores y graves contratiempos,
que ni siquiera nosotros podemos prever.
Tenéis que saber que, en esta
hora decisiva, se están llevando a cabo por parte de nosotros labores de
rescate de gran cantidad de seres en las zonas conflictivas. Estos seres son
evacuados para evitar un sufrimiento inútil, dado que en ésta encarnación no
les correspondía tener que vivir esta experiencia de dolor. Son llevados en
plenitud de conciencia por nuestras naves hacia otros mundos similares al
vuestro, en donde esperarán a que el destino de este planeta se cumpla y tengan
que volver, para ayudar a crear la nueva realidad que aquí tendrá que
manifestarse. La mayoría son niños y jóvenes cuyas tendencias superiores de
inteligencia y capacidad de amar serán las bases en las que apoyarán su
colaboración al nuevo proyecto humano. Mientras tanto, aprenderán técnicas y
lecciones más avanzadas en los nuevos mundos a los que son llevados, siendo dirigidos
en este compás de espera por los maestros espirituales que guían este sector.
Aprender vosotros ahí, en estos
días difíciles que estáis viviendo, a ser también receptores de la enorme
cantidad de energía de amor que os está siendo enviada desde nuestros
corazones. Es nuestra forma de ayudaros para que, al sentirla, seáis capaces de
conservar la calma ante las situaciones de nervios y temor que os rodean.
Emitimos paz y amor, ternura y
silencio, para equilibrar los gritos desaforados del miedo y del dolor , para
que nuestro silencio acalle el sonido de las armas que en estos momentos
ensordecen la sensibilidad de la Tierra. Colaborar en este trabajo siendo receptores
de esta paz interna, y que vuestra palabra sea el eco de esta fuerza que se
está enviando, para ayudar en lo posible a que la luz de la hermandad no deje
de brillar.
Ahora os digo más: Anoche, en
los campos de batalla, fue vista una de nuestras naves cuando bajó a ayudar en
forma visible a un pequeño número de soldados que estaban viviendo un momento
de extrema angustia. Estos hermanos serán llevados de nuevo a sus lugares de
origen, y aunque ésta noticia jamás podrá ser dicha oficialmente por los
hombres que dirigen la contienda, alguien podrá acceder a la noticia y
verificar que es cierta. Fueron salvados y llevados a sus hogares, luego ellos
podrán entender por qué les fue concedido éste privilegio. Anota la hora de
hoy: son las cuatro y diez de la tarde. Luego sabrás por qué.
La Voz
del Planeta
222 días en contra del proceso
de la luz. 222 días en naturaleza ardiente. Sólo la calma de la paz traerá la
lluvia de oro que limpiará las cenizas. Sólo el amor salvará del dolor a las
cicatrices que ha abierto el viento del norte.
La paz no puede ser encontrada
si la voluntad del hombre no decide abrirle un cauce en su mente. Aquél que
busca en solitario es como el ave que lucha en contra del torbellino que sopla
sobre ella, envolviéndola en su último suspiro. La fuerza del huracán
imposibilita cualquier movimiento solitario que se quiera hacer oponiéndose a
su dirección, pues un ave no puede luchar simplemente con sus alas para evitar
el empuje de ese viento.
Se necesita toda la fuerza de
millones de alas batiendo conjuntamente para poder crear otro movimiento
circular que desvíe e incline fuera de su trayectoria las pequeñas ráfagas que
rodean el centro del ciclón. Esas ráfagas de viento controlado irán poco a poco
aplacando la destrucción que se desprende del poder central, y sólo la
apariencia de ese respiro irá haciendo desaparecer aquello que, en su momento,
se determinó como miedo.
Escuchar mi voz. Apenas os
describo con ella los clamores que se suceden en este momento. La tiranía del
hombre contra el hombre, el miedo del hombre contra el miedo de otro hombre, el
miedo del hombre contra sí mismo, el miedo del propio miedo, el miedo que
embarga dentro de desaliento silencioso a aquellos seres que se ven ahora
envueltos en las penosas circunstancias que están aplastando al planeta: la
guerra, los cataclismos de agua y de fuego que arrasan parte del oriente, todo
ello, hijos, es la terrible enfermedad que está sufriendo ahora la Tierra.
La conciencia planetaria está
llena de asombro al contemplar dentro de sí misma el desgarramiento que le
están produciendo parte de sus propios pensamientos. Esos pensamientos que
andan sobre ella creyéndose independientes y que deciden equivocadamente la
realidad de su sueño, de su sueño planetario. Este asombro se está convirtiendo
en una queja de angustiosa protesta, en un estremecimiento sobrecogedor, por la
tensión originada dentro de su propio cuerpo por aquellos seres que la
conforman. Se siente fracasada, no entendida en la manifestación de su verdadera
naturaleza, y siente que su voz es acallada por el ensordecedor clamor de las
voces de los millones de sus hijos que se gritan unos a otros defendiendo
supuestos derechos y verdades.
La Tierra tiene una sola verdad y un sólo derecho: la verdad
de una realización armoniosa dentro de las leyes cósmicas que rigen el
Universo, y el derecho de manifestar esa Vida Universal dentro de la mayor
pureza. Todo lo demás es dolor añadido, es error inducido por la torpeza de
aquellos que deberían ser la expresión de esa misma vida cósmica.
Es difícil saber qué hacer ante
esta situación. Vuestro planeta se plantea una solución casi inalcanzable, pues
sabe perfectamente que su sólo deseo de perfección es inútil ante el desvío de
las energías de sus propios seres, que son los que tienen que hacer verdad ésta
perfección. Su voz de protesta se os está haciendo oír a través de las únicas
formas posibles que tiene para ser oída. Pero nadie entiende el grito de las
aguas al correr en su desbordamiento, ni el doloroso quejido de sus entrañas al
temblar en lo profundo de su centro.
Ahora, nosotros mismos unimos
nuestras voces a las de Ella, a vuestra Madre Tierra, el planeta doliente que
espera todavía que, como un milagro, sus hijos reparen en que se está muriendo
de dolor por todo el egoísmo descontrolado que está barriendo cualquier
propósito de paz y amor sobre su superficie. Darle una oportunidad de poder
entenderla, y ayudarla en este trance supremo en el que está implicada toda
vuestra evolución.
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