<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 06/09/1992>
<PÁGINA>: LA OTRA PALABRA
<TÍTULO>: La esperanza.
<SUBTÍTULO>: La última prueba del hombre.
<AUTOR>: Alfiar
<SUMARIO>: "La Esperanza: una semilla que, hecha árbol frondoso, cobijará y alimentará a los que estén necesitados".
<CUERPO DEL TEXTO>:
Vivimos una extraña
época. Los conocedores dicen que es un Fin
de los Tiempos, un Cambio de Era.
A nuestro alrededor los aconteceres discurren en forma acelerada e
imprevisible. Todo parece estar en lucha contra todo. Todo se rompe generando
angustia, dolor y sufrimiento. Los pueblos y los individuos se debaten en una
terrible agonía interna y externa. La Humanidad toda está convulsionada, dividida y
enfrentada. La Tierra
sufre el mismo deterioro que nosotros.
(...)
A nivel individual,
cada quien lleva su propio terremoto interior, su propia lucha en lo profundo,
su propio volcán, seguramente lleno de dolor por las heridas que se abren en
nuestro corazón, presos del miedo, angustiados por no saber que elección tomar,
que camino seguir. La duda y la desesperación minan nuestra voluntad y
confianza, la fe en nosotros mismos desaparece. Estamos deprimidos y no hay
voluntad, a veces, ni siquiera para la esperanza.
La Esperanza. Dice el diccionario que es
la confianza en el logro de nuestros
deseos. Por otro lado es una Virtud Teologal, con lo que habría que suponer
que esos deseos no son los de nuestra personalidad egoísta y conflictuada, sino
los del Espíritu en nosotros, nuestro Ser Interno. Tendríamos así, dos
significados opuestos y enfrentados. Pero, Esperanza
es un sustantivo que viene del verbo esperar,
que además de significar tener esperanza,
significa permanecer en un sitio hasta
que venga alguien o suceda algo.
Esperar en un lugar. Hacerlo hasta que venga alguien o suceda algo. ¿Dónde está
ese lugar? Que duda cabe que en nosotros mismos. ¿Quién tiene que venir?
Nuestra realidad superior. ¿Qué tiene que suceder? Aquello por lo cual hay
lucha, angustia y duda en nosotros. No es mi intención dar una explicación
sobre estos interrogantes, pero si quiero ofrecerles lo que los guías dijeron
sobre este tema en un momento de intensa crisis personal. Helo aquí:
"La
esperanza renace fuera de lugar como una flor solitaria que crece en desolados
parajes. Guardar dentro de vosotros la simiente que la hará nacer después del
paso de la tormenta. Fecundar la tierra en la que debe ser sembrada con la
fuerza que os da la comprensión de los hechos que estáis viviendo ahora.
Fuerzas superiores están marcando el ritmo de los eventos y a pesar de que todo
os pueda parecer confuso y angustioso, hay marcado un sendero de luz entre las
tinieblas que ahora rodean al planeta y a vosotros, y el sendero que os conduce
hacia el amanecer del nuevo día de la aurora.
Sólo
el Ángel que os guía sabe lo que está preparándose en los cielos, pero ese mismo conocimiento le impide actuar
fuera de sus límites, pues sólo cada uno de vosotros, con vuestros actos y
vuestras decisiones, eleváis o descendéis vuestras notas vibratorias, y él debe
de respetar esta verdad.
"Las
pruebas destruyen o enaltecen según sean aceptadas y dirigidas o no. Aprender
de las que se os dan para vuestro provecho, y no dejar que vuestro sentido de
lo humano os cierre los ojos a vuestro sentido del Alma. El Alma aprovecha cada
segundo de experiencia. Cada detalle insignificante que aparece en un sólo
minuto, una sola mirada con una expresión determinada, un cambio en el matiz de
la voz, un gesto, el movimiento de una mano, es suficiente para que vuestra
conciencia aprenda algo en ese momento."
Hay algo evidente en el
mensaje. La Esperanza es una
semilla que germinará en nosotros después del paso de la tormenta. Pero la
tormenta es nuestro prueba, nuestro trabajo, aquello que se nos da para
transformarnos, el pan nuestro de cada
día. Vivir en su momento cada cosa sin buscarle explicación, es la clave de
la realización espiritual, y ello es lo que tenemos que comprender. La
tradiciones llaman a esto fluir.
Este fluir no es un estado pasivo. Es siempre una elección. Pero elegir
significa haber aprendido a discernir, a estar desapegado y a tener mesura en
la acción. A través de este fluir tendremos que aprender a ser nosotros en
medio de lo que no lo es, y que sin embargo es nosotros también. Es necesario
vivir con la Luz
y su reflejo, ser el reflejo de la luz, y brillar de nuevo desde él hacia lo
alto para iluminar el camino de los que vienen detrás.
Algún tiempo después se
nos dio otro mensaje referente al tema de la Esperanza. Decía
así:
"La Esperanza es la última
prueba a la que se somete el ser humano. El tener fe en la unidad del propio
destino espiritual dentro de los acontecimientos con que la vida diaria os
absorbe, es saber discernir la verdadera semilla que, en su día, se convertirá
en árbol frondoso con el que se alimentarán aquellos que estén necesitados.
Observar como dentro de los seres humanos se
establece la lucha del discernimiento, para poder solucionar todas las dudas
personales sobre la importancia de lo que creéis que es el valor real de las
cosas. Pocos entiende que la plena conciencia en la unidad interior es la luz
que clarifica todas las dudas, y que resuelve en sí misma las sombras que
ocultan las decisiones importantes. Saber tomar estas decisiones en el momento
oportuno abrevia el camino que lleva a la sabiduría y al cumplimiento de la Ley del Amor. Lanzarse al
trabajo interior, tomar la decisión pese a todas las dudas y las
contradicciones internas que pretenden aplazar o desviar esta decisión, es la
gran batalla a ganar donde se resuelve todo el trabajo que posteriormente se
tendrá que hacer.
Entenderlo así, hijos, y salir al encuentro
de esta decisión con valentía, porque una vez lanzados en esta dirección, la
fuerza de la luz os lanzará hacia los fines más clarificados donde podréis ser
útiles a aquellos que están esperando la mano amorosa que les mitigue su
necesidad."
Los Seres de Luz dicen
que podemos hacerlo. Pero tenemos que saber,
osar y querer. Dicen que podemos brillar con luz clara y penetrante, que
podemos alzarnos por encima de la aparente mediocridad de nuestras vidas,
porque el misterio de lo eterno permanece escondido en ellas y, al ser encontrado,
todo puede ser cambiado y volverse Luz. Dicen también que depende de nosotros
el realizar esa operación mágica que haga realidad la verdad de nuestro ser.
Cualquiera de los que
estamos empeñados en esta lucha, sabemos por experiencia y por esos pequeños
momentos de lucidez o iluminación que la Gracia nos concede, que el secreto de todo el
Universo y el de nosotros mismos está encerrado en nuestro pecho. Y en este largísimo
e interminable combate contra nuestro dragón personal, en el que a veces falta
la esperanza, hemos aprendido que no podemos rehuir el dolor, ya que el
conocimiento viene unido a él y no podríamos aprender sin experimentarlo.
Cualquier experiencia trae con ellas su parte de dolor y su parte de placer. De
ahí que como el Maestro Jesús, nosotros también, tengamos que apurar hasta el
fondo nuestra copa llena de sensaciones y vivencias, aunque su amargor sea
insoportable.
Cuando el Trabajo
empieza a ser más consciente en nosotros, aprendemos que es bueno y necesario
sacar las comparaciones, las analogías, las síntesis de cada evento, pues ello
se acumula a nuestro saber. Llenará de luz nuestras conciencias, al comprender,
que la libertad de nuestro pensamiento y de nuestra voluntad nos llevarán a los
espacios abiertos donde los límites se rompen y sólo existe la grandeza del
auténtico ser como unidad completa.
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