<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL
16/08/1992>
<PÁGINA>: LA
OTRA PALABRA
<TÍTULO>: La Ley del Péndulo.
<SUBTÍTULO>: O el oscilar de la conciencia.
<AUTOR>: Alfiar
<SUMARIO>: Un corto trecho hacia un polo, luego un
corto trecho hacia el opuesto, lentamente, hasta alcanzar el centro.
<CUERPO DEL
TEXTO>:
En el artículo sobre la Dualidad, decíamos que
era posible escalar la escala del Ser cambiando, grado a grado, nuestra
polaridad; pero que este trabajo requería del conocimiento y la comprensión de la Ley del Péndulo, y de como
nuestra conciencia oscila entre esos dos extremos polares.
(...)
El "Eclessiastes" dice que en este
universo mental "Todas las cosas
son dobles, la una contra la otra". Esto significa que todo tiene un
opuesto, por el cual existe y al cual se opone. Los opuestos son inseparables,
no se puede tener uno sin el otro. Todo palo tiene dos puntas y su realidad se
construye entre ellas.
La Ley del Péndulo dice que las cosas oscilan continuamente de un polo a
otro en una misma realidad; y que al llegar a un punto en su desplazamiento en
una dirección cualquiera, se produce una detención y se pasa a la fuerza
opuesta. Así, los opuestos derecha-izquierda
toman alternativamente el poder. Cuando el péndulo está todo a la derecha, ésta es más débil y la izquierda comienza a ser fuerte. Y
viceversa.
Debido a que la manera
de obrar de la energía es doble, y ello exigiría un pensamiento doble, no es
sencillo comprender esta dualidad. Solemos pensar en función de una cosa
oponiéndola o comparándola con otra que se le opone, pero no somos capaces de
pensar en función de las dos polaridades a la vez. Al ser incapaces de pensar
en forma dual, no comprendemos que los eventos, las cosas visibles, toda
nuestra vida emocional, ocurre entre estas fuerzas opuestas que oscilan
continuamente de un extremo a otro de si mismas.
Cuando comenzamos a
comprenderlo nos damos cuenta que, como dice el "Eclessiastes"(3,1-8):
"Todo
tiene su tiempo y todo lo que se quiere bajo el cielo tiene su hora: Tiempo de
nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
tiempo de llorar, y tiempo de reír; (...); tiempo de callar, y tiempo de
hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de
paz."
Podríamos imaginar lo
que ocurriría si siempre se plantara, edificara, llorara, etc. De ahí que el
"Eclessiastes" añada que:
"Todo
llega a su fin y se convierte en su opuesto en el tiempo."
Según el Libro sagrado:
todo es diferente, en diferentes tiempos; cada cosa es reemplazada por su
opuesto en el tiempo. Y cuando comenzamos a darnos cuenta de que la vida
descansa sobre esta ley, comprendemos que es lo que controla los eventos de la
vida en general y la de cada cual en particular.
En el santuario de
Apolo en Delfos había una inscripción de la que solemos conocer su primera
parte: Hombre, conócete a ti mismo;
pero, nada en exceso. Primero se le dice al hombre que debe conocerse a sí
mismo, y luego que no debe oscilar en exceso hacia los extremos de sí. No hay
conocimiento de sí, sin el conocimiento de los propios opuestos, y sin ver como
la conciencia oscila entre ellos en el tiempo.
Un cuento sufi nos
relata la historia de un hombre que soñó que había descubierto los secretos del
Universo; despertándose por un momento escribió su sueño. A la mañana siguiente
leyó lo escrito: Camina sobre ambas
piernas. En nuestra psicología dormida caminamos sobre una pierna: y lo
hacemos cuando consideramos la
Verdad como algo invariable, cuando creemos conocer lo que es
justo e injusto, cuando creemos saber lo que es el Bien y el Mal. Debido a
ello, no comprendemos lo que significa mantener el equilibrio en nosotros
mismos, pues para ello necesitamos ambas piernas. Esto significa ver los
opuestos en nuestra realidad psicológica, emotiva y mental.
El Diablo también es necesario. Pero como lo situamos fuera
de nuestra propia realidad psíquica, cuando somos llevados por los eventos de
la vida de un polo a otro, tendemos a ignorar, a dejar fuera de nuestra
conciencia, todo lo que no corresponde a nuestro punto de vista. Ello es para
nosotros el Diablo. De ahí que andemos cojos, sobre una sola pierna.
¿Qué significan las
palabras del Eclessiastes de que hay
un tiempo para cada cosa?
Significa que si
consideramos la verdad como un rígido código de reglas fijas, nunca la encontraremos,
porque ninguna cosa es la misma en el tiempo. El tiempo es cambio. Y todo
cambia en el tiempo entre los opuestos. Hoy las cosas andan de un modo y mañana
de otro modo opuesto. Pero nuestra pretensión es que las cosas sigan siendo
siempre las mismas, y cuando no se corresponden a lo que se desea, somos
incapaces de adaptarnos y aprender de esas otras facetas de la vida que no
corresponde a nuestra visión. Nada es mas difícil de aprender que el tiempo, y
por ello el acontecer, no es el mismo, aunque sigamos deseando y esperando lo
mismo.
Nuestra incapacidad
para asimilar los opuestos, para ver las cosas desde un punto de vista
contrario, para tener la conciencia de
los dos extremos de nuestro péndulo interno, hace que seamos inflexibles:
nos inclinamos a la derecha y nos resistimos a inclinarnos a la izquierda
cuando la ocasión lo demanda. La
Naturaleza está en equilibrio porque su péndulo energético
oscila entre la Vida
y la Muerte en
forma armónica. Nuestro problema es que la superficie de la vida y la
superficie de nosotros mismos ha dejado de tener un intercambio normal.
Conocer nuestra
dualidad y la oscilación del péndulo en nosotros, significa conocer que
nosotros, además de tener una superficie física que se opone, roza y tensa con
la superficie de la vida, tenemos también una superficie psicológica. Y nuestro
destino psicológico y nuestro destino físico son opuestos; y a no ser que haya
una cierta tensión entre ellos, a no ser que seamos conscientes de ambos, a no
ser que tengamos una temperatura más
alta que la vida, no fluirá la energía y moriremos. Esto es la Entropía.
La Enseñanza Esotérica dice que es necesario
comprender como un lado ayuda al otro. Este conocimiento implica un cambio de
nuestra actitud mental para pensar desde los dos polos a la vez. El Trabajo
cosiste en observar en nosotros mismos como nos desplazamos en exceso hacia un
polo, y luego, inevitablemente, cuando llegue el tiempo contrario, la energía
psíquica, queramos o no, nos llevará al polo contrario. La resistencia psicológica
es la causa de conflictos internos, de depresiones y de locura (entropía).
En nuestra vanidad y
orgullo, no ya material sino espiritual, tendemos a creer que sólo hacemos el
bien. Polarizamos nuestro péndulo interno en esa actitud, somos inconsciente en
nosotros de la actitud contraria y, al no ser conscientes de ese lado oscuro en
nosotros, lo proyectamos al exterior. Así nunca estamos equilibrados en
nosotros mismos. No hay mesura en nuestro fluir.
Observar la oscilación
pendular en nosotros, es percibir como ahora estamos irritados, luego
contentos, de nuevo lo contrario. Y como los estados emotivos los llevamos a
sus extremos límites, al exceso, cuando el péndulo pasa por el punto medio de
su recorrido, lo hace, debido al fuerte impulso que lleva, de forma muy rápida
y, de esta manera, nunca tenemos conciencia de éste punto medio. Por ello el Oráculo
decía que no oscilemos demasiado a los extremos, que penduleemos más
lentamente; así, cuando en este oscilar la conciencia pase por el centro de nosotros
mismos, podremos percibir la puerta por la que asciende la Escala del Ser. Este es el
motivo por el que, en las tradiciones religiosas, se recomiende la meditación y la
quietud interior. Este es el Dorado Camino Central. Pero este camino ha de ser
recorrido conscientemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario