lunes, 8 de diciembre de 2014

La Fuente Iluminada 06

La Fuente Iluminada
(Continuación 2ª parte)

Dar es la fuente
 
 
El trabajo de la realización interior, a pesar de todos los miles de libros que se han escrito sobre el tema y de los miles de discursos que se han pronunciado enseñando el camino, es algo difícil de realizar. Es tanta la complejidad que tienen que reunir sus elementos que, sólo una voluntad firme y decidida, una fe inquebrantable en sí mismo, y una pureza transparente en la intención, son las motivaciones que generan el impulso necesario para crear a nivel material la transformación de la vida de un hombre.
(...)
El movimiento conseguido por este esfuerzo, es el principio de un nuevo sistema de trabajo en donde la voluntad, la fe y la pureza de antaño son acrecentadas por la nueva vibración. Entonces se comienza a profundizar en la luz proyectando la conciencia, en un desapego total de las emociones, hacia el trabajo de servicio en una vertiente de amor, donde sólo la necesidad ajena sea la motivación de la acción.
El ser se supera en este desprendimiento, y el alma conoce su camino y emplea sus potencias en grabar en la conciencia aquellos nuevos niveles en donde es necesario su funcionamiento. La Ley se cumple por si misma en este proceder exacto de la voluntad, que determina cada acto pensado y hecho en el justo equilibrio.
 
No da más el que más tiene.
Sólo da aquél que se desprende con alegría.
Sólo da aquél que no repara en que está dando,
aquél que parece que es él el que recibe en el momento de dar.
Dar es la fuente del amor, de la fraternidad,
del movimiento de la luz.
La vida os es dada,
el amor y la belleza os son dados también
en un desprendimiento total desde su punto de emanación.
Ser vosotros también fuente dadora de vida,
de amor, de alegría, de fraternidad,
de tolerancia para todos los seres que os rodean,
y verter en ellos esa divina energía
por la cual se subliman vuestras vidas.
 
Segmentos de conciencia
En este tiempo, todo lo referente al trabajo espiritual está siendo dado a la mayoría de los seres que habitan la Tierra. Por diferentes escuelas de pensamiento y de movimientos religiosos, la palabra del Padre se hace oír para aquellos corazones que están deseando andar con paso firme por la verdad. Y cada verdad personal es única y totalmente válida para el proceso del ser interno que la sigue y que se deja guiar por sus impulsos.
Tenéis que comprender que en el tejido de la trama de la creación, cada hilo, cada segmento formado por una conciencia humana, es invariable dentro de su nota, de su sonido y de su color. Por lo tanto, a cada ser se le da el derecho de elegir por qué verdad va a ir hacia la luz, tomando en cuenta sus características internas, únicas y personales, que determinarán en él su proceso de evolución.
Por ello, el respeto y la tolerancia deben de ser la guía en vuestras relaciones fraternas, porque para el Padre no hay nadie equivocado una vez que se ha tomado la decisión de emprender el camino espiritual, y cada uno elige por qué medios llegar a El. Esta decisión sólo se toma de acuerdo a la vibración particular de cada uno, según entienda su resonancia más armónica en relación a un pensamiento espiritual determinado.
Sólo hay una cosa común a todos los caminos: el amor y la luz. Lo demás, normas y doctrinas, ritos y actividades, sistemas y oraciones, son elegibles por la decisión personal, y todos ellos sirven. El Padre comprende las razones ocultas dentro de cada elección y acepta las inclinaciones de cada corazón. El mismo baraja infinitas formas de expresión creadora y, por lo tanto, todas sus criaturas pueden tener también derecho a elegir la forma en la relación espiritual que las va a unir a El, dentro de todas las posibilidades.
 La verdad es una luz fragmentada en mil soles que alumbran mil estancias distintas. Reconocer esa única luz dentro de cada recinto, es tener la sabiduría morando en la conciencia. Velar que no se interrumpan los caminos personales y servir de ayuda reforzando las ideas de cada ser en su luz personal, para que esa fortaleza sirva de empuje en el cumplimiento de cada sendero elegido.
Cuando cada ser sature su experiencia en el sector requerido, la puerta de otro camino se abrirá por sí misma delante de sus ojos, obedeciendo a la Ley, y otra nueva luz será añadida a la que ardió en ese corazón. Sabio es el pensamiento que ordena este proceso único, pues todas las causas son valorizadas y sublimadas cuando el deseo de la verdad conmueve el corazón humano.
 
Desnudos y transparentes
 
Cuando un ser humano es capaz de comprender el misterio de la autorrealización, todas aquellas ataduras que lo mantenían sujeto a las veleidades de una vida común empiezan a dejar de tener sentido. Entonces el alma comienza el largo peregrinaje hacia el conocimiento de sí misma, y es cuando una nueva escala de valores va poniendo en sus lugares debidos aquellas cosas que antes representaron tanto para una conciencia dormida.
 
Aparentemente, no hay que dejar nada a lo largo del camino. Y sin embargo, hay que dejarlo todo, pues sólo estando desnudos y transparentes en la luz es que se debe alcanzar la transmutación. Todo lo que os rodea en ese espacio material donde vuestra onda es emitida, deberá de ser usado en provecho de vuestra propia evolución. Pero, entenderlo bien, sólo usado en aquello que haga falta; pues, cuando se vuelva innecesario para el trabajo de ese momento, hay que soltarlo y no volver a pensar más en ello, dedicando entonces la atención al sector que en ese momento justo reclame la dirección del trabajo.
Así, de uso en uso, todas las cosas materiales deberán de ser empleadas sin pertenencias, y entonces se podrá comprender el proceso de limpieza de los deseos y de la liberación de las ataduras al plano material. No siendo dueños de nada, todo será vuestro. No aferrándoos a nada, os pertenecerán todas las maravillas de vuestro mundo.
Dar y recibir es el giro de la Ley. Por eso, al dar sin medida y sin parcelamientos que reserven el más pequeño estado de propiedad, la Ley os hará retornar las dádivas, colmando la medida de aquello que fue dado en el principio del giro.
Este es el planteamiento de la voluntad de la conciencia, pensar y meditar en ello:
  • VENIR
  • CONOCER
  • DECIDIR
  • DAR
  • ELEVAR
  • TRANSMUTAR
  • NO VOLVER
Pensar bien en el símbolo que encierra cada palabra, pues la escala ascendente se construye con estos 7 peldaños, en donde se decide todo el proceso dentro de la conciencia humana. Vosotros pondréis el valor exacto a cada línea. De ello saldrá el resultado final para cada uno, en su más profunda comprensión.
 
Sólo os puedo decir una cosa: aquél que decide en el momento justo recibe toda la carga energética que su medio almacena, que le sirve para impulsarle en ese primer salto dentro del giro de la espiral. Esa fuerza se proyecta por los mecanismos de la Ley, independientemente de cualquier otra medida.
Cuando un ser decide emprender el camino, la propia Naturaleza le sirve para apoyarse en sus fuerzas contenidas e iniciar el movimiento. El fuego encerrado dentro de las piedras, del cual hablábamos ayer, es el depósito de energía que permite recibir ese primer impulso. Luego, la voluntad que el hombre ponga en su propio proceso, será el motor que mantenga en marcha la función de las otras energías que se aunarán para ayudarle en el camino.
 
La Historia de este planeta
 
La historia de este planeta es una triste historia de desaciertos y equivocaciones, pues todas aquellas premisas que debían ser cumplidas fueron mal interpretadas y mal comprendidas. Cada etapa de la evolución natural del planeta debía de efectuarse dentro de un tiempo y de una medida. Cada idea implantada en la mente humana como semilla que pudiera dar un fruto a la Humanidad, no fue entendida ni analizada para poder ser ejecutada en veracidad. Es por eso que, de desacierto en desacierto, la evolución del planeta ha sufrido situaciones innecesariamente dolorosas, que han añadido más sufrimiento a experiencias ya duras por sí mismas.
Esa Conciencia Cósmica, que es la meta a alcanzar en vuestro proceso planetario, se ha visto interrumpida muchas veces en su desarrollo, pues las equivocaciones de los hombres han obstaculizado la recepción de la luz. Pero como los altos designios del Padre son perfectos en sí mismos, estos mismos desvíos de las leyes sagradas han sido usados para que sirvieran de aprendizaje extra a aquellos seres, cuya capacidad de sacrificio les hiciera aceptar las pruebas añadidas al desarrollo de su búsqueda interior.
Ahora, en este momento, el cúmulo de desaciertos es tan elevado y tan grave, que la Ley no permite añadir más peso al difícil equilibrio que es necesario mantener. Se han cumplido con creces todos los intentos de modificación en el trabajo de la Obra, y ahora se necesita que todos los planos se vean desarrollados tal y como se proyectaron, pues la hora es difícil y el peligro de desastre asoma por encima del horizonte cósmico.
Ya se ha resuelto el plan de salvación del planeta y la labor que parte de la humanidad consciente tiene que efectuar, actuando conjuntamente con otros seres interplanetarios, los seres de luz y los señores del karma.
Se está preparando a muchos seres humanos para ser los comodines que jueguen un papel de coordinación dentro de todo el plan de evacuación. Por eso, según sea la labor que hayan de efectuar, así es la preparación de cada uno.
Se os está preparando a un nivel mental para poder ser la fuerza fuerte en la cual podrán apoyarse los débiles, aquellos que necesiten acogerse a otros para poder sobrevivir. El amor debe de ser vuestro guía para que la comprensión de las necesidades ajenas prevalezca sobre vuestras propias necesidades. Acogeréis a todo aquél que necesite ser oído y reconfortado, y vuestra palabra será el alimento que nutra en ellos la fe y la esperanza. Enseñarles, con esa fe y esa esperanza, que nosotros estamos aquí, presentes en todos vosotros.
Fuerza y fe son las palabras claves de todo el trabajo, y el amor es la base sobre el que hay que desarrollarlo.
 
El aprendizaje de la conciencia
 
La observancia de la regla interna, que es el medio con el cual se mide todo el trabajo que se realiza a partir del primer brote de la conciencia, es aquello que se debe de saber interpretar, para poder alcanzar los estadios primeros de la sabiduría.
La conciencia, en el avance de su desarrollo, tiene que aprender a reconocer aquellas etapas experimentadas con anterioridad, donde las pruebas fueron presentadas para adquirir conocimiento práctico y que, más tarde, en los giros evolutivos de esa misma energía que produjo aquellas pruebas, vuelven a ser presentadas bajo diferente aspecto, pero siendo las mismas en su esencia.
A veces, estas pruebas o etapas en el desarrollo del trabajo interior, se reconocen al momento y son por ello más fáciles de comprender. Otras, pasan desapercibidas para vuestra realidad y se presentan como pruebas nuevas para la conciencia. El secreto de todo ello, de todo este proceso, reside en una consideración interna equivocada porque, al haber sido superadas en los primeros intentos del trabajo, la mente decide que ya es algo definitivamente adquirido y no incorpora la posibilidad de un desarrollo mayor de la experiencia.
Sin embargo, esta experiencia más profunda es absolutamente necesaria para la conciencia, porque en los giros de la energía que le sirve de desarrollo en sus diferentes estados, esta conciencia debe de ser nutrida en un avance mayor hacia fuera y hacia dentro, en la compleja relación del hecho y su reflejo.
Estas pruebas son decisivas para la liberación del auténtico ser que mora en lo profundo de cada corazón. Este avance en la interioridad del trabajo, hasta llegar a alcanzar una meta perfecta, es la primera esencia de la evolución humana. Por ello os digo, hijos míos, que estáis alertas como el vigilante que cuida en amorosa vela a que la luz no deje de brillar intensamente en el recinto sagrado de su templo.
Estar alertas para saber reconocer todo aquello por lo que ya pasasteis y que de nuevo os vuelve a ser presentado. Aprender a reconocer la parte del camino ya recorrido, pero que ahora transcurre por paisajes inéditos de mayor belleza. Así son las etapas de este trabajo, pues no olvidaros que la marcha hacia adelante se hace en los giros de la espiral, donde las notas son repetidas eternamente, pero cada vez en una octava más alta.
Resonar en un eco luminoso dentro de vuestro hacer, y estar abiertos a la verdad que intenta ayudaros a alcanzar los planos de la sabiduría. La persona tiene que ser trascendida, pues sólo así se alcanza a ser un ser humano completo, un templo vivo de la energía divina actuando.
 

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