domingo, 2 de noviembre de 2014

La dualidad



<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 09/08/1992>
<PÁGINA>: LA OTRA PALABRA
<TITULO>: La dualidad.
<SUBTÍTULO>: Una ley del universo manifestado.
<AUTOR>: Alfiar
<ILUSTRACION>: Adán y Eva. Arte románico: S.XI.
<SUMARIO>: "Aquello que está hecho de dos opuestos es Uno, y cuando Uno es dividido, los opuestos aparecen." (Filón de Alejandría)
<CUERPO DEL TEXTO>:
Adan y Eva. Capilla palatina de Palermo
           "Todo es doble.
Todo tiene dos polos.
Todo, su par de opuestos:
lo semejante y lo antagónico son lo mismo.
Los opuestos son idénticos en naturaleza,
pero diferentes en grado.
Los extremos se tocan.
Todas las verdades son semiverdades.
Todas las paradojas pueden reconciliarse."
 (...)


En este principio esotérico se encierra una enseñanza: en el Universo manifestado no existe la Unidad, en él todo lo que se nos presenta a nuestros sentidos lo hace a través de una dualidad, porque eso que llamamos realidad tiene siempre dos caras o dos polos. Y para el que sabe ver, los más profundos secretos de la vida se ocultan tras este simple principio.
La Física nos ha enseñado en el colegio que si no hubiera dos polos opuestos, si no existiera una diferencia de potencial, no existiría eso que llamamos corriente eléctrica. La Termodinámica está basada también en esta diferencia de potencial. De la misma manera, si la polaridad, en la energía del Universo, no mantuviera los ritmos de la vida, si no hubiera polos opuestos, la vida sería imposible.
Es necesario comprender un punto básico al estudiar la polaridad. Se refiere al hecho de que los opuestos, lo son siempre de un mismo elemento. Este Principio de Polaridad funciona a lo largo de toda la escala de energía que ha construido el Universo en una graduación que va de un polo positivo a un polo negativo. En éste sentido, la vibración más alta, el Espíritu, sería el polo positivo y la vibración más baja, la Materia, sería el polo negativo de una misma realidad. Así también, Luz-Oscuridad, Amor-Odio, Vida-Muerte son los Opuestos, cada uno, de una misma cosa.
Otra deducción lógica de éste principio espiritual es que, en estos términos, no existe lo absoluto como verdad, ya que nadie podrá decir cual es el frío o el calor absoluto de una cosa. Esto nos lleva a la comprensión de que todo lo que existe en el Universo manifestado es relativo.
La creencia popular dice que "Los extremos se tocan". El principio esotérico lo expresa diciendo que: "Lo no deseable, se transmuta cambiando su polaridad". Pero sólo se pueden transmutar los extremos de una misma cosa. Mucha gente cree que llegará un momento en el que el Bien triunfe sobre el Mal. Pero según este Principio Espiritual es imposible que haya una victoria final de ninguno de los extremos. Debemos darnos cuenta de que Bien y Mal son extremos de algo, son dos polos energéticos cuya diferencia de potencial permite que la energía discurra siempre, en su relatividad, del polo positivo al polo negativo. Así el relativo Bien trabaja para el relativo Mal y viceversa. Ese símbolo de la cultura china que es el YIN y el YANG, unidos y fluyendo continua y eternamente del uno al otro, nos lo muestra a la perfección. Por eso las Tradiciones nos incitan a situarnos en un nivel de ser que esté más allá de los opuestos, más allá del Bien y del Mal.
Si los extremos se tocan, la distancia más corta entre un punto y otro es el círculo. En la imagen, el círculo representa una escala graduada que transcurre entre dos polos. Al (+) le damos valor arbitrario 100 y al (-) valor 0. En la imagen se evidencia que es más fácil llegar desde el 0 al 100, que desde el 50. Lo cual no ocurriría si trasladáramos la escala a una línea recta. Por ello el círculo es el símbolo más claro y preciso de la representación del Universo y de sus ciclos de actividad (Mito de Eterno Retorno). 50 es un grado tibio respecto a sus extremos polares, de ahí que los tibios no tengan entrada en el Reino de los Cielos, son los eternos indecisos, los abúlicos.
La distancia más corta es siempre saltar de un polo a otro a través de un vacío; de ahí el fenómeno de las conversiones religiosas, políticas, amorosas... De ahí también que, entre esos extremos, se encuentre la puerta por la que asciende la escala del Ser. Entre ellos se encuentra el Dorado Octuple Sendero del Medio que enseñó el Buda. Sólo los mediocres no tienen remedio. Por ello la Enseñanza Esotérica señala que es más perjudicial para el desarrollo espiritual la indecisión que el error.
Entre los dos polos de nosotros mismos está nuestra experiencia en la vida y nuestra posibilidad de evolucionar espiritualmente. Entre nuestra Alma-Espíritu y nuestra persona transcurre nuestro drama y nuestro trabajo interno. Porque si lo no deseable se transmuta cambiando de polaridad, podremos cambiar nuestra propia vibración, grado a grado, deslizándonos por la fisura que entre ambos polos existe para que salte la energía. 4º - 5º son opuestos, 5º - 6º son opuestos. En la realidad (4º - 5º), 5 es el polo positivo, pero también es el polo negativo en la realidad (5º - 6º). Luego en cada grado de la escala es necesario provocar un cambio de polaridad cuando esa realidad se hace innecesaria, y en cada grado existe un punto que permite pasar al siguiente; el siguiente es siempre positivo respecto al anterior.
Sin embargo, esto que parece ser tan fácil en teoría, requiere, para su realización práctica, de una férrea disciplina y de la conciencia se una Realidad Superior en nosotros, en cada instante. Nuestra realidad física, emocional y mental pueden transmutarse, de grado en grado, de condición en condición, de polo en polo, de vibración en vibración.
Hay un aforismo sufi que dice: "Toda vida verdadera es la Paz y la Armonía de los contrarios. La muerte se debe a la guerra que existe entre ellos." También en el pensamiento esotérico griego, cuando un opuesto pasaba los límites de otro, se decía que existía un estado de Injusticia. Por ello la Justicia o Rectitud se consideraba un estado de equilibrio; siendo el hombre justo el hombre equilibrado, el que caminaba entre los opuestos.
En nuestra tradición cristiana existe una imagen clara pero mal comprendida de esta dualidad y de la posición que ocupa el hombre en ella. Es la imagen de Cristo crucificado entre dos ladrones, uno bueno y otro malo. Dejar que esos dos ladrones nos roben alternativamente nuestra energía es estar crucificado. Es necesario morir a la dualidad en esa cruz para poder pasar entre ellos.
Para poder hablar de esta transformación necesitaremos conocer otra Ley del Universo: La Ley del Péndulo. Pero lo dejaremos para un próximo artículo. Mediten mientras tanto en lo que significa la Dualidad en sus vidas.

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