domingo, 28 de septiembre de 2014

La Espiral Logarítmica.

<Publicado en la Gaceta de Canarias el 29/07/1992>
<Página>: La Orea Palabra.
<Título>: La espiral Logarítmica.
<Subtítulo> O el secreto del Verbo.
<Firma>: Alfiar.
<Ilustración>: Terracora pintada. Uacxastun (Guatemala). Museo Nacional de Antropología e Historia (México).
<Sumario>: El Gran Arquitecto, creador de las formas vivas, es el Número de Oro, el transmisor de la Vida.
<Cuerpo del Texto>:


En el Museo de Antropología de México existe una figura que representa al hombre del futuro. Es una pieza de cerámica que los arqueólogos han calificado como un recipiente en forma de caracol con figura humana, y que seguramente es de carácter religioso. Pero la realidad es que representa al hombre que ha llegado a comprender el significado de la Espiral Logarítmica, el hombre que ha pasado por las etapas del Juicio, del Conocimiento, de la Actividad y del Amor. Es el hombre renovado que ha ascendido al mundo del Espíritu y que ha logrado aprehender entre sus manos el Presente Eterno; el hombre que ha surgido al otro lado de nuestra Galaxia en espiral. Es una extraña figura de terracota pintada que procede de Uaxatum, data de entre el 600 y el 900 d.d.C. Y es el símbolo del Número, la Forma y el Verbo.
(...)

 Son los Números.
Dos tipos básicos de Geometría existen en el Universo: la Geometría Estática y la Geometría Dinámica. La primera, no necesita de PI ni de FI; en la segunda, siempre intervienen PI y FI. Podemos decir que el Cubo es la forma más perfecta de la Geometría Estática y que la Esfera lo es de la Geometría Dinámica.
El Cuadrado y el Círculo, el Cubo y la Esfera, la Tierra y el Cielo. He aquí las formas, los símbolos. En aquello que se asemeja a la Tierra -el Cuadrado-, no hay PI ni FI; en aquello que se asemeja al Cielo -el Círculo-, está PI y FI. Y ambos mundos, lo estático y lo dinámico, la Materia y la Vida, se unen en la Gran Pirámide de Egipto. Su forma, basada en el cuatro, implica una Geometría Estática; pero su altura, en relación con PI y FI, es dinámica. Y por ello, toda ella, en su forma (la raíz Pir significa Fuego), encierra el FUEGO del Espíritu y de la Vida.
En el interior de la pirámide existe una cámara iniciática: la cámara del Rey. Tiene por base un doble cuadrado y por altura la mitad de la diagonal de este doble cuadrado. Esto quiere decir que sus dimensiones son proporcionales, y está proporción está en Razón FI.
¿Qué es FI?
Es el Número de Oro de Pitágoras. Es el Número que señala la proporción más sencilla, llamada también media y extrema razón o Sección Aurea, y que permite dividir una magnitud en dos partes desiguales.
En esta partición se encierra un milagro: el milagro de que ese rectángulo que formaría la diagonal de la base de la Cámara del Rey y su altura, es un rectángulo FI: en él se encierra el secreto del Verbo.
Un rectángulo FI tiene la capacidad de dividirse hasta el infinito, dentro y fuera de sí mismo, en un cuadrado y en un nuevo rectángulo FI, manteniendo siempre la Divina Proporción de la Sección Áurea.
¿Por qué es tan importante este rectángulo FI?
Porque es la estructura sobre la que se apoya y resuelve la Espiral Logarítmica. Estructura que tiene la notable propiedad de crecer por incremento terminal, sin modificación de la forma total. Curva que parte de un punto fijo de tal naturaleza, que el área polar de un sector es siempre un gnomon (un número que, agregado a otro, o a una figura, no cambia la forma de éste) respecto al área anteriormente obtenida. Esta curva es el fundamento matemático del crecimiento y desarrollo de los seres vivos. Esta Curva es la Espiral Logarítmica; su forma de crecimiento es solo característica suya y de ninguna otra curva matemática. Esta Curva es el jeroglífico del Alma del Mundo o de la Vida Universal. Nos la describe Platón en el "Timeo" diciendo: "es ese cuerpo donde afluye y de donde fluye un raudal (la Vida) ininterrumpidamente, y desde donde ellos (los dioses), introducen los movimientos periódicos del Alma Inmortal."
Son los ritmos, las armonías. Las series de números como: los de la Octava Musical, la serie de Nicómaco de Garéa, la de Fibonacci, o aquella serie de pares (razones) que tienden hacia 1/FI, o 1/FI2.
Aquí se encierra el secreto de la analogía y la correspondencia entre el Número, la Estructura-Forma, el Rítmo del Cosmos y el Hombre: del Macrocosmos y del Microcosmos, el secreto del Verbo. Un secreto que Platón y Pitágoras aprendieron en Egipto, pues ambos fueron iniciados en los Misterios. Aprendieron que allí donde el Templo es una representación del Cosmos, interviene el Número y la Medida. "Este templo -dice una inscripción del templo de Ramsés II-, es como el Cielo en todas sus disposiciones".
Tal vez. desde más antiguo, pero desde la Gran Pirámide hasta la Catedral de Notre Dame, pasando por los templos griegos y el templo de Salomón, toda la arquitectura llamada sagrada, ha sido construida con Número, Medida (forma) y Ritmo (Verbo). Son construcciones que están vivas, porque la proporción y la armonía de la Vida late en ellas. Y nos resultan bellas, dice Platón en "El Filebo", porque "lo que aquí se entiende por belleza de la forma, no es lo que el vulgo comprende generalmente bajo este nombre..., sino algo de rectilineo y circular... Pues estas formas no son como las otras, bellas sólo bajo ciertas condiciones, sino que siempre son bellas en si mismas."
La vida vegetal, la planta, el árbol, el tallo, la hoja, la flor, la semilla son cosas bellas. Y lo son porque su forma de crecimiento -sólo la Vida crece y se desarrolla-, es un crecimiento homotético, regido por la espiral de la pulsión cuadratal FI y el rectángulo director del módulo FI. La serie Fi es la única serie que resuelve a la vez el problema aditivo y el geométrico. El crecimiento y la forma. Y como esta razón es la razón característica de las simetrías y crecimientos pentagonales, no debe extrañarnos que esa forma se encuentre en los seres vivos, en las plantas, en los animales y en el hombre. La serie Fi es la clave en Botánica, pues por ella se explica -Filotaxia- la disposición de la forma de crecimiento en espiral de las ramas, las hojas, las semillas. También el del Viento Solar se dispersa en el Cosmos en razón FI.
    Este Gran Arquitecto Creador de la belleza de las formas que es el Número de Oro, es el transmisor de la Vida. Algo incognoscible que el hombre ha sabido objetivizar, ponerlo en fórmulas, en símbolos; aunque fuera de la Arquitectura, la Escultura y la Pintura, aún no ha sabido aplicar. Algunos han aprendido a meditar a través suyo, que la Vida deja en el mundo de las formas huellas ritmadas de su paso, recuerdos de su propia Ley del Número.
Según Platón y los Pitagóricos, las nociones de número, de razón y de proporción, nos llevan de una forma natural a las nociones de ritmos y de armonías que de ellas fluyen orgánicamente. Para esos grandes Gigantes de la gimnasia mental que fueron los griegos, la percepción de las razones y las proporciones, se identificaba con la operación del juicio y de la selección creadora, y mostraban que la Inteligencia en su función de síntesis cognoscitiva y creadora, no sólo tiende hacia la armonía, sino que es la Armonía misma. Es por ello que pudieron ver que lo Bello, lo Verdadero y lo Bueno son UNO en esta concepción armónica del Conocimiento y de la Vida.
   Hay un cuarteto medieval que dice:
"Un punto hay en el Círculo
que en el cuadrado y en el triángulo se colocan.
¿Conoces tu ese punto? ¡Todo saldrá bien!
¿No lo conoces? ¡Todo será en vano!"
Ese punto es el Número de Oro del que la Vida en forma de Espiral Logarítmica fluye y se extiende por el Universo.

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