domingo, 15 de junio de 2014

El sueño de la crisálida


Ángelo Ferrante. "Ddentro la vita"

<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 21/06/1992>
<PÁGINA>: LA OTRA PALABRA.
<TITULO>: El sueño de la crisálida.
<SUBTITULO>: Una nueva visión del hombre y la Tierra
<AUTOR>: Alfiar
<ILUSTRACION>: La mente de la Madre Tierra se prepara para emitir su propia Luz.
<SUMARIO>: "Cada uno de los seres que habitan en el planeta, los que están ahora en la vida física y los que están también en la vida inmaterial, forman en su conjunto otro ser, otra individualidad potencialmente superior, llamada Humanidad."
<CUERPO DEL TEXTO>:
Dicen las Tradiciones Espirituales que los sueños llevan en si mismos su potencia de realización. También lo dicen los poetas. De ambos me siento muy cerca. El poeta quiere soñar un sueño verdadero y hacerlo realidad. El poeta ya no cree en los cuentos porque "vengo de muy lejos y se todos los cuentos" (L. Felipe); el poeta cree en el sueño de la metamorfosis del Espíritu.
(...)
Observemos una oruga: impotente, ciega...; su mundo: la superficie de la hoja que se come. Cuando la ha devorado, se en encierra en un capullo y se transforma en mariposa. La metamorfosis abre ante ella un Universo nuevo, multidimensional, lleno de colores y olores. Con sus nuevos órganos, alas, antenas, ojos facetados, tiene acceso a todas estas maravillas.
Se que la aventura humana es del mismo orden. Y al igual que la metamorfosis de la oruga, la del hombre tiene sus riesgos: la mariposa puede utilizar sus ojos y alas nuevas para irse a quemar a la llama de una vela; el hombre puede emplear sus facultades artificiales para destruir su planeta. El mito de Ícaro nos alecciona sobre un punto importante de la metamorfosis humana: no basta el uso de un artilugio técnico, sino que es preciso el conocimiento y una toma de conciencia de la relación del Universo y el hombre. Dédalo poseía ambas cosas, era un Sabio; recomendó a Ícaro volar a media altura, es decir, guardar un equilibrio armónico con su medio. El equilibrio del Espíritu.
Comprender la aventura humana es dejar de comportarse como rígidas marionetas en el Gran Teatro del Mundo, creyendo que los decorados y nosotros mismos somos fijos e inmutables. Todo el Universo evoluciona, cambia y se transforma a nuestro alrededor, y nosotros con él y en él. Se además que el Espíritu y la Luz tienen el proyecto de convertir al ser humano en Humanidad. Y si no me creen, lean y mediten en estos mensajes de esa realidad aparte en la que vuelan las mariposas.
*  *  *
 MENSAJE 1
Es difícil de entender todavía para vosotros como el ensamblaje del mosaico formado por todos los seres humanos corresponde a las necesidades de ese todo llamado Humanidad. Creéis saber que es lo que se mueve dentro de vosotros a nivel individual, y creéis conoceros en vuestra intimidad, las emociones que os estremecen, las angustias que os atenazan, todo aquello que os hace vibrar y sentir como seres individuales únicos. Y esto es verdad, pero a la vez no lo es.
Cada uno de los seres que habitan en el planeta, los que están ahora en la vida física y los que están también en la vida inmaterial, forman en su conjunto otro ser, otra individualidad potencialmente superior, llamada Humanidad.
Este ser inmenso cuyo cuerpo es el planeta, recibe de todas sus pequeñas células individualizadas las experiencias y las emociones a asimilar para su propio proceso de evolución. Cada órgano físico de éste gran ser está formado por centros de energía que vibran con los seres individuales que corresponden a esa característica, y de ellos va recibiendo la información que ese órgano necesita para ir hacia su transmutación.
Por eso advertiréis como la adversidad es la tónica constante que os diferencia y que hace a veces que os resulte difícil entenderos. pero es necesario que sea así. Cada grupo de hombres, a través de las edades y los ciclos, corresponden a un sector de aprendizaje de ese Gran Ser, y a él le resulta necesaria esa diversidad de notas que resuenan en un espacio definido de su Naturaleza.
Cada ser individual que logra su iluminación acelera el proceso en el órgano al que pertenece dentro del Ser Humanidad, y la luz se difunde ayudando a las otras partes de ese órgano formado por los seres más cercanos, que se contagian de ese baño de luz.
El Ser Tierra es la Humanidad Planetaria. Y ahora, en estos momentos, está necesitada de toda la ayuda que sus órganos le puedan ofrecer.
Las células individuales que conforman su mente colectiva están escasas de recursos vibratorios, y es necesario que todo aquel que sea capaz de ejercer una función pensante a través de una voluntad creadora dirigida, potencie en este Ser su actividad cerebral y ayude a que ese gran cerebro se ilumine en cada una de sus neuronas con la mayor rapidez e intensidad posibles.
El Ser Planetario necesita Luz. Vosotros sois las células de esa Luz. Emitirla lacia El porque es cierto que cuando la mente de este Gran Ser esté dispuesta a emitir su propia Luz, todos los otros órganos que conforman su naturaleza sentirán un gran avance en su transformación, y se podrá hacer avanzar el bienestar físico y espiritual de todo el planeta.
La Gran Madre, la galaxia, siente a este hijo doliente escaso de recursos de Luz. Ella ayuda enviando a sus otros hijos de sus otras células a colaborar en el proceso de transformación. Por eso el interés de los otros hombres que forman parte de otra Humanidad paralela en ayudaros a salir del tropiezo que os mantiene obstruidos, para que la Luz reflejada sea intensamente proyectada hacia la Gran Madre, en una libre expresión de amor y sabiduría.
Los cielos os acogen, ser libres de tomar vuestras decisiones conscientes y dejar que vuestros impulsos se generen hacia ese gran trabajo común que os necesita de forma determinante.
La paz os guíe.
*  *  *
 MENSAJE 2  (Recibido durante la Guerra del Golfo)
Escucha mi voz. Apenas si describes con tu pluma los clamores que se suceden en este momento. La tiranía del hombre contra el hombre, el miedo del hombre contra el miedo de otro hombre, el miedo del hombre contra si mismo, el miedo del propio miedo, el miedo que embarga dentro de un desaliento silencioso a aquellos seres que se ven ahora envueltos en las penosas circunstancias que están aplastando al planeta: la guerra, los cataclismos de agua y fuego...; todo ello es la terrible enfermedad que está sufriendo ahora la Tierra.
La conciencia planetaria está llena de asombro al contemplar dentro de si misma el desgarramiento que le están produciendo parte de sus propios pensamientos. Esos pensamientos que andan sobre ella creyéndose independientes, y que deciden equivocadamente la realidad de su sueño, del sueño planetario. Ese asombro se está convirtiendo en estos momentos en una queja de angustiosa protesta, en un estremecimiento sobrecogedor, por la tensión originada dentro de su propio cuerpo por aquellos seres que la conforman. Se siente fracasada, no entendida en la manifestación de su verdadera naturaleza, y siente que su voz es acallada por el ensordecedor clamor de millones de sus hijos que se gritan unos a otros defendiendo supuestos derechos y verdades.
Ella tiene una sola verdad y un sólo derecho: la verdad de una realidad armoniosa dentro de las leyes cósmicas que rigen el Universo, y el derecho de manifestar esa Vida Universal dentro de la mayor pureza. Todo lo demás es dolor añadido y error inducido por la torpeza de aquellos que deberías ser la expresión de esa misma Vida Cósmica. Es difícil saber qué hacer ante esta situación. Vuestro planeta se plantea una solución casi inalcanzable, pues sabe perfectamente que su sólo deseo de perfección es inútil ante el desvío de las energías de sus propios seres, que son los que tenían que hacer verdad esta perfección. Su voz de protesta se os está haciendo oír a través de las únicas formas que tiene para ser oída. Pero nadie entiende el grito de las aguas al correr en su desbordamiento, ni el doloroso quejido de sus entrañas al temblar en lo profundo de su centro.
Ahora, nosotros mismos unimos nuestras voces a la de Ella, a vuestra Madre Tierra, el planeta doliente que espera todavía que, como un milagro, sus hijos reparen en que ella está muriendo de dolor por todo el egoísmo descontrolado que está barriendo cualquier propósito de paz y amor sobre su superficie. Darle una oportunidad de poder entenderla, y ayudarla en este trance supremo en el que está implicada toda vuestra evolución.

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