domingo, 8 de junio de 2014

17 Viaje a Bolivia y Perú (Agosto 2013).

Viaje a Bolivia y Perú
-Del 17 de Agosto al 1 de Septiembre-
(Una visión personal)
(Continuación)
Visita a algunos lugares de La Paz (1)
- ¿Se encuentra ya preparado para visitar algunos lugares de La Paz?
La voz de Pepe rompe la disociación en la que había entrado mi conciencia y con algo de torpeza mientras me acomodo a este lado de acá, me levanto para saludarle.
- Si, cuando quiera podemos partir.
Como me nota un poco raro por la brusquedad de mi regreso a este mundo, y seguramente pensando en el llamado mal de altura, me pregunta.
-¿Se siente mareado?
- ¡No, que va! Es que me he quedado un poco traspuesto mientras esperaba y su voz me ha hecho reaccionar un poco bruscamente. Estoy perfectamente bien. Aunque me tome el té de coca que me dijo, de momento no noto nada extraño por la altura.
- Bien. Entonces vámonos, tenemos una larga tarde por delante.
(...)

 Aunque mi programa de viaje tiene incluidas las siguientes visitas: “visita panorámica de la ciudad y sus coloridos mercados artesanal y de las brujas. Continuaremos el recorrido por la Iglesia de San Francisco, la plaza Murillo, la colonial calle Jaén…, la réplica del templete semisubterráneo de Tiahuanaco, hasta llegar al Valle de la Luna…” y a causa de que primero fuimos a una cafetería donde preparaban unos estupendos capuchinos a tomarnos uno, la visita a esos lugares del programa la hicimos en el orden contrario al que estaba programado, así que nuestra primera visita fue al Valle de la Luna.
 
A unos 10 kilómetros del centro de La paz se encuentra una formación arcillosa, erosionada por el agua y los vientos, a la que se ha llamado El Valle de la Luna: una obra de arte de la Naturaleza, con cierto parecido a las grutas kársticas, pero abiertas al exterior.
- Todas las montañas que hay alrededor de La Paz, son arcillosas y dependiendo del contenido mineral que contengan adquieren distintas coloraciones, eso proporciona a laderas de las montañas que rodean la ciudad tonalidades diversas. -Me dice Pepe-. Este Valle de la Luna, surgió porque la erosión se ha llevado la cubierta superior del terreno y luego el viento y la lluvia la esculpido la arcilla interior formando estas especies de chimeneas, a las que se ha llamado “chimeneas de hadas”, aunque también muchas formas parecen tubos de órganos.
- Es impresionante. -Le digo.

- Hay dos recorridos, una más largo y otro más corto, desde cualquiera de ellos podrá hacer bellas fotografías. ¿Cuál quiere seguir? -Me pregunta.

- Creo que podemos tomar el más corto, aún me duelen las piernas de la caminata que me di en Samaipata. Estoy un poco oxidado.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Pepe me comenta que a algunas de las estructuras se les han puesto nombres, como Madre Luna, el Mirador del Diablo, el Sombrero de la Dama, el Montículo de la Tortuga, el Salto de la Vizcacha o la Ventana del Sur.
 

En un par de momentos del paseo, Pepe me pide la cámara para sacarme una foto y que así quede constancia de que he estado aquí. Pues vale.
 
Algunas fotos más. En una puede verse a Madre Luna, y en otra como alguien ha esculpido un rostro con pinta de gnomo en una de las rocas.
Estas son las últimas fotos del Valle de la Luna.  Pepe me informó que en Latinoamérica existen cinco Valles de la Luna: uno en Atacama (Chile), dos en Argentina (San Juan y Jujui) y dos aquí en Bolivia (este de la Paz y otro en Potosí). Después de todo, la mayoría de los humanos no se caracterizan por su imaginación, sobre todo cuando la mayoría de las imágenes que conocemos de la superficie de la Luna en nada se parecen a estos presuntos Valles Lunares. También en Tenerife tenemos otro Paisaje Lunar, y en multitud de lugares del planeta.
 


Al volver a la ciudad, pasamos por el lugar donde se ha construido una reproducción del Templete semisubterráneo de Tiahuanaco. Como la circulación es muy intensa, y todo esta lleno de coches, no podemos parar, solo detener el coche un momento al lado para hacer unas fotografías. Tampoco me importa mucho, mañana veré el original.


Nuestra siguiente parada fue la Plaza Murillo. Centro de la Ciudad de Nuestra Señora de la Paz y del Poder Político de la República de Bolivia. Como reza la placa de baldosines, la plaza está dedicada a Don Pedro Domingo Murillo (1758-2810), prócer de la revolución del 16 de Julio de 1.809, y lugar donde fue ajusticiado.


Plano de La Paz en 1871.
Aunque la ciudad de Nuestra Señora de la Paz fue fundada un 20 de Octubre de 1984, este centro no se proyectó hasta 1558 por encargo del Corregidor Ignacio Aranda. Su ubicación fue el otro lado del río Choqueyapu, lejos de la plaza principal donde el Capitán Alonso de Mendoza había fundado la ciudad. Su diseño, es de tablero de ajedrez, obedeció a unas ordenanzas para el levantamiento de las nuevas ciudades.
Plaza Murillo
- No es diferente a otras plazas mayores de muchas ciudades y pueblos españoles y también de México. -Le comento a Pepe-. ¿Cuál es la Historia de esta?
- Hasta la Independencia, este lugar fue el centro y el escenario de la vida pública de la ciudad. Como ahora, alrededor de ella se ubicaban los edificios que albergaban a las distintas instituciones. Ahí, en la esquina sudeste, se encontraba el Cabildo, hoy está el edificio del Palacio del Gobierno; en la otra esquina oeste, se encontraba la Iglesia Mayor, hoy ocupado por la actual Catedral; frente al cabildo se encontraban las Cajas Reales, hoy Prefectura de la Policía; y allí, en la acera norte, donde se encuentra el Café de París, se encontraba el Cuartel de las Milicias. En esta plaza vivían los vecinos más notables, como la residencia de Don Francisco Tadeo Díez de Medina, ahí en la esquina de las calles Comercio y Socabaya, a un costado de la Catedral, edificio construido en 1.775; posteriormente fue la residencia de los Condes de Arana y, en la actualidad es la sede del Museo Nacional de Arte.

Plaza Mayor: Museo Nacional de Arte, Catedral y Fuente de Neptuno. (1780)
Museo Nacional de Arte. Fachada.
Patio del Museo Nacional de Arte.
Pepe me informa que solo tenemos tiempo para ver la plaza y sus edificios por fuera, solo podré entrar un momento en la Catedral, si me apetece. Aún así, antes de que nos marchemos podemos ver el patio del Museo.
- ¿Qué más sabe de la historia de esta plaza? -Le pregunto.
- Aquí se celebran las ceremonias y acontecimientos civiles y religiosos más importantes; también se ajusticiaba a los reos públicamente. En el vivir diario, la plaza servia de mercado, donde se vendían los productos que habían llegado de España y ultramar. Pero sobre todo, era el punto de encuentro entre los distintos sectores sociales, tanto las élites locales como los españoles, criollos, indígenas y mestizos.
- Y ese personaje de la fuente, me imagino que debe ser el Señor Murillo, al que está dedicada la plaza, ¿no? ¿Sustituyó a la antigua Fuente de Neptuno de la que me habló antes?
La Fuente de Neptuno en el Paseo de la Alameda, hoy Paseo del Prado.
- Así es. La Fuente de Neptuno  Fue instalada en 1587 y estaba conectada a un acueducto. En 1589 se hizo una fuente mayor que duró hasta 1909 cuando fue trasladada al Paseo de La Alameda, hoy Paseo, hoy Paseo del Prado. La escultura del dios Neptuno estaba rodeada de sirenas que sujetaban en sus manos peces por cuyas bocas salía el agua.

- ¿Y la actual de Pedro Domingo Murillo?

- Es de bronce y mide tres metros -me cuenta Pepe-, fue encargada al escultor italiano Ferruccio Cantella. En el pedestal aparece la figura de una mujer representando a la Madre Patria; a su lado un soldado libertador, y al otro lado un león que simboliza la bravura y la victoria. Si se fina, Murillo lleva colgado del brazo izquierdo una capa y en la mano derecha un sombrero de ala ancha. Esto no gustó a la burguesía de La Paz, porque le hacía parecer un torero. También hubo una polémica porque el barco que traía las piezas del monumento, con la intención de armarlo aquí, desde Italia naufragó y varias piezas se perdieron.
- Cuénteme algo de Murillo si no te importa. En realidad, no se nada de él.
- Era un patriota mestizo precursor de la Independencia de Bolivia. Su fama viene del Levantamiento del 16 de Julio de 1809. Aprovechando una procesión que se celebraba en la plaza, el y otro revolucionarios, asaltaron el Cuartel de Las Milicias y apresaron a los oficiales, depusieron al Gobernador Tadeo Dávila y al resto de las autoridades civiles. Días después, el 22 de Julio, Murillo se presenta ante las tropas que desfilaban ante las autoridades del cabildo y es proclamado Coronel Comandante en nombre del rey de España Fernando II. A esto le siguió el nombramiento de una Junta Tuitiva [se llama Junta Tuitiva de los Derechos del Pueblo al gobierno que se estableció en la ciudad de La Paz el 16 de Julio de 1809]. Un hecho curioso es que se repatió dinero de la Corona entre el pueblo.
- ¿Y por qué fue ejecutado?
Ejecución de Pedro Domingo Murillo.
- En 1810 la Junta Tuitiva fue disuelta por el general José Manuel de Goyeneche, y para evitar un derramamiento de sangre, sus miembros se entregaron. Alrededor de una noventa personas fueron condenadas a muerte; al frente de ellas estaba Pedro Domingo Murillo. Y el 20 de Enero de 1810 fueron ahorcado en esta misma plaza.
- Así que el nombre de la Plaza ha tenido numerosos cambios.
- Así es. Primero fue Plaza Mayor, luego Plaza de Armas. En 1828, en plena época republicana, de llamó Plaza del 16 de Julio, y en el centenario de la Revolución, se le dio el nombre actual de Plaza Murillo.
Plaza Murillo, Monumento a Murillo y Catedral al fondo.

He visto en muchos lugares muchas plazas con palomas, pero he de reconocer que esta se lleva la palma. Su cantaleo quejumbroso y el clamor de sus aleteos sobresalen sobre los demás sonidos de la plaza, incluso de los gritos de los niños que les echan granos en el pavimento para que estas acudan voraces y feroces a por él, a veces casi cubriendo a los niños. La escena me produce un cierto repelús, porque en el circuito emergente de mi memoria surgen dos viejos recuerdos de cuando yo era un adolescente. El primero es en mi casa, un chalet a las afueras de Puertollano (Ciudad Real) donde vivía por aquel entonces, teníamos un huerto y corrales para los animales. Había gallinas, conejos y palomas. Un día, vi como una paloma que había estado anidando dos huevos, destrozaba con su pico a los dos polluelos que acababan de salir del cascarón. Lo hacía con ferocidad. Después de todo, eran las descendientes de los reptiles voladores del Jurásico. Me pregunté como podían haber elegido a semejante depredador como símbolo de la Paz. Lo de la ramita en el pico lo entendía, porque era la ramita de olivo que llevaba en el pico la paloma que había soltado Noe cuando regreso al arca, pero aún así… Años después, cuando investigaba los mitos, encontré una explicación:
Uno de los símbolos de la diosa Afrodita, llamada Venus por los romanos e hija de Urano y nacida del semen del dios cuando Cronos le cortó los testículos y los arrojó al mar (Botticelli inmortalizo la escena de la llegada de la diosa a la isla de Erice en una venera), era una paloma. Allí se celebraba una fiesta llamada la Fiesta del Embarque. En la isla habitaban innumerables palomas, que cosa curiosa, desaparecían cuando se suponía que la diosa embarcaba en la concha de venera en el Océano, más allá de la Libia (esta Libia no se refiere a la Libia norteafricana como suele creerse) para acompañarla. Ocho días más tarde se las veía regresar, pero delante de ellas volaba una que sobresalía por su belleza. Anacreonte dice que esa paloma era la diosa Afrodita-Venus. Entonces se celebraba la Fiesta del Desembarco.
Su antecedente más antiguo es la Inanna sumeria y la Ishtar babilónica. Equiparable a Nut la diosa del cielo egipcia y su símbolo, la paloma, pasó a ser símbolos de las diosas del amor y de María en el cristianismo. La paloma de Noé, dado que el relato bíblico es una versión muy tardía de cuando los hebreos estuvieron presos en babilonia con Nabucodonosor, se refiere a la historia de Utnapishtin el Noé babilónico cuyo antecedente es Ziusudra, el Noe sumerio. En el relato de Ziusudra no aparece ninguna paloma, pero si aparece en el relato posterior babilónico de Utnapishtin, que es de donde la tomaron los hebreos.


Es evidente que el relato tiene una connotación astronómica. Como ya hemos analizado esto en artículos anteriores del relato de este viaje, solo señalaré, que los ocho días en que las palomas desaparecen de la isla son los ocho días en que el planeta Venus desaparece en el cielo a su paso por su conjunción inferior con el Sol, para reaparecer luego como Estrella de la Mañana.


Es auténtico responsable que la paloma con una rama de olivo en el pico se estableciera como icono de la Paz, fue Picasso cuando uno de sus dibujos de palomas, fue escogido para el cartel del Congreso Mundial de la Paz en 1949 (por cierto no llevaba ramo de olivo en el pico.

El otro recuerdo se refiere al bello poema de Rafael Alberti -“Se equivocó la paloma”- incluido en su libro “Entre el clavel y la espada” (1940).


Se equivocó la paloma
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo,
que la noche la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama).
        Rafael Alberti

Son muchos lo que han intentado desentrañar la clave de este poema cuya estructura formal es aparentemente muy sencilla. Los versos impares, octosílabos, riman en asonante con la misma estructura del romance tradicional. Esta rima es interrumpida por la cadencia repetitiva del verso “Se equivocaba”, un verso pentasílabo. El abanico de interpretaciones ha ido desde lo político a lo amoroso, aunque, más allá de lo uno u lo otro, otra realidad se hace evidente: una serie de parejas de polaridades, de opuestos.
Desde el principio comienza diciéndonos que la paloma se equivocaba porque elegía un opuesto en detrimento del otro ya que la verdad no se encuentra en ninguno de ellos, sino en su equilibrio y en su complementariedad. Tal vez por ello, ella se durmió en la orilla y tú en la cumbre de una rama. ¿Pero quién es “ella” y quién es “tú”?
Portada a la 2ª Edicción.

Podemos deducir que “tú” es la paloma que entre tanta equivocación terminó en la rama de un árbol, pero “ella”, tal vez la espada, ya que el romance está incluido en un libro que lleva por título “Entre el clavel y la espada” y dentro de él en un conjunto de poemas llamados “La Metamorfosis del clavel”. Entre la vida (el “clavel”) y la muerte (la “espada”), la paloma, la Paz, en la época en que Alberti escribió estos poemas dedicados a Pablo Neruda (1939-40), se equivocó siempre de lugar creyendo que una cosa era la otra. En el segundo prólogo dice: “Hincada entre los dos vivimos: de un lado un seco olor a sangre pisoteada; del otro, un aroma a jazmines, a amanecer diario, a vida fresca, fuerte, inexpugnable. Pero para la rosa o el clavel hoy cantan pájaros más duros…”
 
 

Tras de mí, la Asamblea Legislativa o Congreso Nacional.
Y el Palacio de Gobierno.


Al Palacio de Gobierno popularmente se le llama Palacio Quemado, pues en 1875 sufrió un incendio. Es la sede del Poder Ejecutivo y donde se encuentra el despacho del Presidente del país. Se comenzó a construir en 1559 y fue la sede del Cabildo.
 


Ya dije antes que no quise entrar a la catedral, me limité a verla por fuera y a hacerle algunas fotografías.
 


La Catedral Metropolitana de Nuestra Señora de la Paz se considera una basílica menor. Según me informa pepe fue construida en 1.835, y su estilo, como se hace evidente es Neoclásico con algún que otro elemento barroco. Como también es evidente por la fachada, tiene cinco naves y a cada una de las cuales se accede por su correspondiente puerta.
- Creo que antes me dijiste que esta sustituyó a otra anterior. -Le digo.
- Si. -Me responde.- La primera se comenzó en 1622 y se terminó setenta años después. Era de piedra, ladrillo y cal. En 1831 se hundió el presbiterio, por lo que se decidió demolerla y construir otra en su lugar que se comenzó en 1835. Fue inaugurada en 1925 aprovechando el primer centenario de la República de Bolivia y el 1989, aprovechando la visista del Papa Juan Pablo II se inauguraron las dos torres. Si se fija, las cúpulas son metálicas.


Me acerco al monumento a Murillo para hacerle unas fotos al gran libro de Piedra que contiene el Acta fundacional de la Junta Tuitiva que establecieron aquellos próceres y que les costó la vida. Aquella vez, como suele suceder casi siempre, ganó la espada y fue pisoteado el clavel.


Desde la Plaza Murillo continuamos la visita en el Mercado de las Brujas. Parece broma, pero es más serio de lo que parece.
 


Al parecer el Mercado de las Brujas es uno de los atractivos turísticos más señalados de La Paz, amén de cumplir otras funciones. En realidad es un mercado de indígenas para indígenas aunque uno puede encontrar aquí de todo y para todos. Su ubicación principal es una calle estrecha llamada Calle Linares, aunque abarca toda una manzana o todo un barrio.
Calle Linares
 Aquí todo es un batiburrillo de artesanías, mantas, rebozos y tejidos de vivos colores que me recuerdan a México (un dato más entre la similitud entre las culturas de México y las de los Andes), todo un arsenal de productos destinados a rituales, mágicos o no mágicos…; en fin, uno encuentra aquí, por un rato, o más, donde entretenerse. Aquí se mezclan todo tipo de creencias y la Pachamama y las vírgenes comparten la misma mesa. No faltan potingue y remedios para cualquier clase de males y necesidades.
 

Según me comenta Pepe, lo que parece tener una gran demanda es toda una colección de potingues y pócimas secretas para incrementar el vigor sexual, para someter a la parienta y que no se encandile con otro; o el marido no nos sea infiel; para satisfacer cualquier tipo de deseos, para adquirir poder; para quitarme de en medio al que o a la que me moleste (estos son objetivos no declarados), etc., etc.
 


Píldoras, talismanes y amuletos, para protegernos de todos los males imaginable e inimaginables, se encuentran dentro de frascos de cristal, cuyo contenido resalta por su colorido.

Jabones aromáticos para despertar los sentidos. Sus nombres expresan claramente su finalidad.


Y el que no necesite jabones perfumados tiene polvos para echar un polvo con siete poderes, con lengua de perro, y sabe dios qué…

Pepe me señala a una serie de personales, vestidos con ponchos y sombrero que deambulan por allí a la disposición del que los necesite. Son los yatiri, amawta y kallawaya, los chamanes y hechiceros, los hombres medicina que supuestamente curan, no ya los dolores del cuerpo, sino los del alma, el ajayu.

El Yatiri. La Paz, 1918. Óleo sobre lienzo. Colección particular. Encontrado en la Web.
Aunque el tema del chamanismo es de una gran complejidad y ha sido investigado y estudiado desde muy diversos campos, no me resisto a dar entrada en mi mente a un trabajo que realicé hace ya algún tiempo sobre este tema a partir de las investigaciones sobre la evolución de la conciencia y de lo que Ken Wilber llamó “El Proyecto Atman”. Si abro esta ventana es para que entre alguna luz que clarifique la tremenda confusión, muchas veces interesada por los que dicen en la actualidad llamarse chamanes, que se suele tener sobre este tema, sobre todo que tienen los seguidores de las corrientes New Age. Por un momento dudo en comentarlo con Pepe, pues él pertenece a esta cultura, y aunque pueda tener una mentalidad más abierta, no quiero que se moleste. Así que todo lo que expongo queda dentro de mi propio pensamiento.
Desde que la conciencia de nosotros mismos, eso que llamamos yo, emergió un día de nuestro pasado prehistórico, nuestro yo y la conciencia por él desarrollada, se ha ido incrementando a lo largo de una serie de etapas que Ken Wilber, y otros investigadores de la conciencia, han llamado del siguiente modo: Al comienzo, cuando el yo comenzó a desprenderse de la Naturaleza, y también del inconsciente, el yo era pleromático, lo que significa que el yo se encontraba indiferenciado. En una primera diferenciación sujeto-objeto pasó a ser un yo uróbico; más tarde, el yo pasó a ser tifónico; luego se fue convirtiendo en un yo social, un yo mental y en yo centáurico.
 


Muchos elementos de esta secuencia han sido descrito con símbolos e imágenes aportados por la mitología de nuestro pasado. Por ejemplo el centauro, representa al yo maduro que ha sabido integrar su pasado biológico, simbolizando por el caballo, en su mitad inferior, todas su personalidades inferiores, uróbicas y tifónicas; y con su parte humana alcanzando un nivel superior: el centauro.


Pero lo que aquí nos interesa es el chamán, el hechicero, cuyos primeros representantes aparecieron en el Paleolítico. Hace unos 200.000 años, cuando los hombres ya habían dejado atrás su etapa homínida (uróbica) y salían del Edén, además de cazadores, era hechiceros (tifónes). Este yo tifónico se fue apartando del mundo natural focalizándose en el propio organismo y convirtiéndose, allende el tiempo, en un yo independiente. Como muestran las imágenes míticas, el tifón aún no se encontraba completamente diferenciado, pues la mente verbal y conceptual aún no se habían desarrollado. Tifón era a la vez ángel, hombre y serpiente.
 


Tifón era el hijo menor de Gea (La diosa Tierra; aquí en los Andes, su equivalente sería la Pachamama). Era un ser enorme, pues su cabeza chocada con las estrellas y sus brazos se extendían de levante a poniente abarcándolo todo (Cambell). Todo esto quiere decir que para la conciencia de aquellos hombres del Paleolítico, hombre y naturaleza se encontraban aún muy mezclados. Su yo era básicamente un yo corporal y, tal como expresa la pintura del Hechicero de Tres Fréres y otras, se experimentaba y representaba así mismo como un hombre que aún se encontraba dentro de los cuerpos de la naturaleza. Cuando el psiquismo y el mundo natural aún o se encuentran completamente diferenciados, se da un tipo de cognición que se ha llamado cognición mágica. Entre el objeto y el símbolo existe una relación mágica. Por ello, al manipular el símbolo (en el ritual), se puede influir directamente en el objeto simbolizado. Frazer establece incluso leyes en esta relación: ley de similitud, ley de contagio. Lo que hay que comprender es que cuando sujeto y objeto se encuentran en un estado de indiferenciación, la imagen y la identidad se confunden y, mágicamente, se hacen uno.
Como en realidad de lo que estamos hablando es del nivel de conciencia de aquellos chamanes o hechiceros de nuestra Prehistoria, y de acuerdo con Wilber, “debemos añadir un punto crucial, un punto que suelen ignorar la mayor parte de los especialistas. La magia no es una percepción errónea primitiva o alucinatoria de una realidad, por otra parte clara y distinta, sino más bien una percepción más o menos correcta de un nivel de realidad inferior o primitiva”. Lo que Wilber quiere decir es que la magia no es una percepción distorsionada de una percepción superior (supuestamente la nuestra), sino la percepción correcta de una percepción inferior (la de aquellos hombres del Paleolítico). Su nexo no era lógico, sino vital; por ello, para aquellas conciencias, tal percepción era exacta, aunque parcial e incompleta si queremos compararla con el nexo de nuestra percepción moderna. Dicho de otra manera: aquellos antepasados nuestros eran conscientes de una realidad mágica, que experimentaban despiertos en un nivel mágico de conciencia, nivel que aún sigue activo en nosotros; simplemente que lo hemos relegado al subconsciente y al mundo de los sueños.
Aquella estructura de conciencia mágica debió de ser algo aterrador: toda la Naturaleza, toda la Pachamama, y todo el Cielo constituía un peligro y, dado que esos hombre y mujeres ya eran conscientes de la muerte, sobre todo la muerte de un yo recién nacido y acosado por todo lo que le rodeaba, hubo de aprender a defenderse de lo que le causaba miedo y ansiedad.
Cuando el yo tifónico emerge del uróboros lo hace frente a la impronta de Thánatos, la muerte. Las tumbas neanderthales muestran la presencia de rituales para hacer frente a esta impronta. Y solo hay dos maneras de trascender este miedo: negarlo y reprimirlo o trascenderlo a una Totalidad supraconsciente. A este proceso Wilber lo ha llamado Proyecto Atman. Por ello, nuestra represión primaria no es la represión sexual, sino la represión de nuestra conciencia de la muerte. ¿Y como se diluye Thánatos? Pues activando Eros.
 No voy a explicar aquí como se ha llevado a cabo esto a lo largo de nuestra evolución, pues me apartaría de lo que quiero que comprendan. Solo señalar que la negación mágica de Thánatos es la cara negativa del Proyecto Atman. Cambell señala que “la importancia decisiva de las tareas cotidianas que tenía que ver con la muerte y con la necesidad de derramar sangre para poder sobrevivir [no olvidemos que para todo el mundo e incluso hoy día, la sangre representa la vida] generaban una ansiedad que debía ser afrontada, por una parte, con un sistema de defensa para evitar la revancha y, por otra, con una disminución de la mística de la muerte”. “Derramar sangre para no ser desbordado por la revancha de la sangre”, decía Frobenius. Por ello, la magia se usa para protegerse de la muerte, tanto como para causarla a los demás.
A través de la magia ritual el chaman mantenía a raya a la Naturaleza, proporcionándose una nueva vida, un nuevo tiempo y una nueva realidad a la que hemos llamado cultura. A medida que aquellos antepasados iban emergiendo de su inmersión subconsciente, más difícil se les hacia mantener sus gratificaciones sustitutorias (Eros), viéndose así obligados a dirigir sus proyectos hacia otros seres humanos que, de objetos sustitutorios, se transformaron en víctimas. La Prehistoria y sus poblaciones de cazadores llegaba a su fin. Los plantadores, en la profundidad de los bosques, comenzaban a sustituir a los cazadores, y el sacrificio humano se generalizó.
¿Qué pasó con el chaman y el hechicero al que la psiquiatría ortodoxa, incluso la antropología, ha catalogado de superpsicótico? Aunque el chaman fue el primer paso dado por el hombre hacia la supraconciencia (hablar sobre ello también nos sacaría de lo que nos interesa en este momento), su espíritu y sus técnicas sobrevivieron y cuando en el Neolítico comenzaron a resurgir las diosas madres (ya habían existido antes como Venus Paleolíticas), la Naturaleza seguía causándoles terror, aunque también les nutria. Mientras en el pasado las Diosas Madres habían sido preservadoras, los chamanes habían proyectado hacia el futuro sus técnicas del éxtasis, a través de las cuales el auténtico chaman se transformaba, sin abocar a una regresión psicótica, para alcanzar niveles de conciencia aún no emergidos en su mundo. “El chaman trasciende al tifón sin aniquilarlo manteniendo el acceso a la conciencia tifónica normal, ya que aún puede comunicarse con el individuo promedio de su grupo” (Wilber). Cosa que no hace el psicótico.
Cuando aparece el mundo agrícola, el chaman pasa a desarrollar una doble tarea: la de proteger a las nuevas poblaciones de las acechanzas de la Naturaleza, ofreciéndole sacrificios para que les proporcione buenas cosechas, a la vez que mantener a raya a la muerte, convirtiéndose en hombres medicina para alejarla con remedios naturales, una tarea que en el Paleolítico llevaban a cabo las mujeres; pues, como señala Mircea Eliade, en aquella lejana época, la enfermedad y la muerte se producía porque el alma abandonaba el cuerpo. El trabajo del chaman consistía en ir a buscarla al mundo de los espíritus a través de la facultad que le proporcionaba su iniciación chamánica: el vuelo mágico.


A lo largo de los miles de años desde el hombre tifónico hasta el surgimiento de la vida agrícola, bien sea como naturaleza indiferenciada, bien sea como Gran Madre, este sustrato natural de nuestra naturaleza ha sido un problema para los seres humanos. Ya haya sido en su forma de Kali, Coatlicue, Pachamana, Gea, Sethmet, etc, el aspecto negativo de la Naturaleza, simbolizado por la luna y la serpiente, necesitaba se aplacado con lo que esta pedía: ¡sangre! Por eso, el primer gran ritual fue un sacrificio de sangre (en la India, hasta aún no hace mucho, aún se sacrificaban seres humanos a Kali hasta que los ingleses lo prohibieron en la segunda mitad del siglo XIX). Cuando estos sacrificios se hicieron insoportables, el ritual se realizaba con víctimas sustitutorias (animales y alimentos). Jacob hubiera sacrificado a su hijo Isaac si milagrosamente no hubiera sido sustituido por un cordero. La erección de las grandes ciudades de las viejas civilizaciones se llevaba a cabo con un sacrificio humano. Este sacrifico ritual representa el intento mágico de atraer la benevolencia de la Madre Naturaleza. Esta es la explicación estándar, que oculta otra realidad subyacente. El intento mágico de expiar la culpa de haber desarrollado un yo separado, de habernos desprendido de de nuestro substrato natural. Conseguir más Eros, poseer una sensación de identidad separada (del mundo natural y de lo que subyace en el) significa alejar a Thánatos, y por ello se debe pagar un precio. Hablando psicológicamente, conforme el yo se va desarrollando y emergiendo, también se ve o se siente aplastado (interpretado más o menos conscientemente como venganza) por el poder subterráneo de la Gran Madre. Esto es lo que cuentan los mitos.
Bien, dejaremos aquí esta explicación que he intentado exponer de la forma más breve y simple posible. Como decía líneas más arriba, estas ideas acudieron a mi mente en este momento que visito el Mercado de las Brujas en La Paz (Bolivia) y ante lo que en estos momentos tengo ante mi vista.


Lo que atrae profundamente mi atención y mi mirada es la enorme cantidad de fetos de llama que hay por doquier, más pequeños y más grandes, y diría que incluso bebes de llama ya nacidos. Se de los sacrificios de llamas que se hacían durante el dominio Inca en todo el Imperio, pero lo que contemplan mis ojos, y no porque me asuste o tenga aprensión a la muerte, me ha pillado un poco de sorpresa.

En estas imágenes, las dos caras del problema del "yo" separado, Eros y Thánatos, gratificación y sacrificio, se muestran juntos.

Figurita que representa a la Pachamama. Toda una imagen del estadio uróbico de nuestro pasado. En la figura se aprecia como las formas humanas (las formas del yo) aún permanecen en el interior del cuerpo de la Gran Madre.
La pregunta que podrían plantearse los turistas ante semejante espectáculo, es ¿para que se usan estos fetos y bebés de llamas? También hay que tener en cuenta que un 50% de la población boliviana es quechua y aymara, aferrados a sus tradiciones; que un 5% lo componen las minorías indígenas del oriente amazónico con más de 30 etnias diferentes; que el segundo grupo de población lo constituyen los mestizos a los que se trata despectivamente llamándolos colla y camba; que otro grupo está formado por emigrantes alemanes, croatas, italianos, japoneses y chinos; incluso grupos afroamericanos como los jungas, aquí en la Paz, que incluso eligen a su propio rey; siendo la blanca y criolla la tercera en número de habitantes; se puede comprender entonces, no el atraso como suele creerse, sino el arraigo de los ritos ancestrales en Bolivia, pues pertenecen a un nivel de conciencia que para ellos se encuentra activo aún hoy día.

Una indígena con la que Pepe me sacó una fotografía, y a instancias de este, me explica que los fetos de llama se usan para ofrecerlos (enterrándolos bajo los cimientos) a la Pachamama cuando se quiere construir una casa; en cambio, se queman cuando se quiere solicitar algún favor; y si lo que uno quiere es suerte, además de quemar el fetos de llama hay que masticar hojas de coca. Eso sí, pero no estoy seguro del todo que esto sea siempre así, todos aseguran que las llamas o sus fetos no se sacrifican estando vivos. Los fetos proceden de abortos naturales, o son crías muertas al poco de nacer o que en matadero (la carne de llama se consume), al ser sacrificadas descubren que están preñadas. Y esto que hay aquí en este mercado solo es una minúscula fracción de todo los sacrificios rituales que llevan a cabo en Bolivia, sobre todo por las poblaciones rurales. ¿De dónde sale tanto feto de llama? ¿Existe una industria al respecto?
 
En el mercado de las brujas, además de fetos de llamas, también encontramos sapos disecados, pieles de jaguares, y otras cosas de difícil identificación.



Pacha” puede ser interpretado como universo, mundo, tiempo, el lugar o el espacio-tiempo en el que “Mama” es la Gran Madre. Algunas tradiciones dicen que su morada se encuentra en un Cerro Blanco y nevado, allí donde hay un lago con una isla en la que vive un animal de astas doradas. Su poder permite que crezcan las cosechas, que se multiplique el ganado, que bendice a los artesanos… Todos los elementos de la cultura Neolítica.
Su ciclo ceremonial va desde el solsticio de Invierno (Agosto), momento en que el que están a punto de comenzar las labores agrícolas, de roturación de los campos y siembra, en los Andes,  hasta el equinoccio de Primavera (Semana Santa) cuando madura y recoge la cosecha. Las gentes suelen acudir a los cerros para realizar sus ofrendas en esos dos momentos específicos, cuando el mundo está abierto, desde la perspectiva aymará, cuando se dice que la Pachamama haimbrea, o el que está abierto es el Cielo.
Esta apertura del mundo favorece la recepción de los deseos humanos, que en el origen del ayllu eran el beneficio de las cosechas, la proliferación del ganado y la familia, etc. Los gélidos vientos del invierno que recorren el altiplano quedan atrás y las primeras lluvias de la primavera preparan la tierra para el comienzo de un nuevo ciclo, igual que el anterior, pero siempre diferente. Es el momento de poner en práctica la ética de la reciprocidad: tu me das lo que te pido y a cambio yo te ofrezco algo. En el remoto pasado, los chamanes, y así lo dejaron testimoniado en las imágenes que dejaron pintadas en las cuevas (el útero de la Tierra), ofrendaban las falanges de sus dedos o incluso sus manos.

Yatiris ofrendado una llama a la Pachamama. Ilustración de la obra de Guamán Poma.
El Yatiri, “el que sabe”, es el que tiene como campo específico de trabajo la predicción mediante la lectura de hojas de coca, así como la configuración de las mesas y el conocimiento de las terapias para los diferentes tipos de males causados por la avidez de seres sobrenaturales. Como en los chamanes antiguos nadie pede hacerse yatiri por voluntad propia. Ha de ser señalado por el destino, los antepasados, por haber nacido de pie, con un dedo de más, o por que han sido señalados por un rayo que ha dejado en él una marca. Nadie puede presenciar el encuentro de la persona elegida con el rayo, solo comprobar que éste ha dejado en el su marca: una cicatriz, una profunda herida, una deformación. También existen mujeres yatiri.
En la actualidad, ser yatiri puede ser un oficio rentable, sobre todo en las ciudades, pero como los yatiris auténticos son pocos, hay que suponer que hay mucho suplantador disfrazado de chaman estafando a las gentes, sobre todo a los turistas, y más si son de la New Age, que confunden lo pre- con lo trans-. A quien este interesado le remito a una tesis doctoral (la pueden encontrar en Internet) presentada (en 2002) por Gerardo Fernández Juárez en la Facultad de Geografía e Historia de la Complutense de Madrid y titulada “Simbolismo ritual entre los aymaras: mesas y yatiris”.

 
La ofrenda a la pachamama se llama Mesa. Este nombre tiene un origen español y con la mesa o altar donde se celebra la misa, el cual tiene su origen en la mesa de las ofrendas del templo judío, que fue copiado por estos de las mesas de ofrendas de los templos egipcios. La mesa se construye a partir de un centro, representado algo que simboliza el corazón de la Pachamama. Este corazón, es amarrado con otras ofrendas para que no escape. Luego se construye un recinto amurallado en forma de rombo o cuadrado en cuyas esquinas se sitúan las ofrendas destinadas soportar el entramado de la mesa al igual que los adobes esquineros lo hacen en una casa. Las mesas suelen contener hierbas aromáticas, dulces, caramelos, lanas multicolores grasas animales, madera de incienso que se coloca en forma de pira, fetos de llamas o sullus (cuando se sacrifica a una llama viva se hace abriendo un agujero en al tierra que luego, una ves que ha ardido la mesa, se cubre para que quede dentro de la tierra). De hecho cada yatiri sabe lo que tiene que hacer y tiene su visión particular al respecto, según lo que se desee conseguir.
Ya sea un yatiri o un amawta (un sabio), el oficiante de la ceremonia conjura a los espíritus de las montañas, los Apu, y a los antepasados; luego, prende fuego a la Mesa y cuando las ofrendas se han consumido, interpreta las señales que ve en las cenizas, bien para interpretar el futuro, diagnosticar una enfermedad, u obtener alguna respuesta sobre aquello que se le ha solicitado. De hecho, dentro de una estructura común, cada uno desarrolla el ritual o la sanación a su manera.

Desde el Mercado de las Brujas, situado en alto (La Paz es un sube y baja), se divisa la torre de la iglesia de San Francisco, nuestra siguiente parada. Descendemos hacia allí por callejas llenas de negocios. La tarde, que ya se encuentra declinando, está húmeda y fría; el cielo, que se va oscureciendo, se ha ido cubriendo de nubes. Pepe me dice que esta noche lloverá.
 
Memos mal que vamos cuesta abajo, llevamos horas caminando (ecepto algunos trayectos en coche entre algunos lugares y otros) y me siento cansado.
Esta Basílica franciscana está dedicada a San francisco de Asís. De hecho es una basílica-convento. Situada en el casco antiguo de La Paz, da lustre a la plaza que lleva su mismo nombre: Plaza de San Francisco. Pepe me informa que fue construida entre los siglos XVI y XVIII y su estilo es conocido como barroco-mestizo. En 1548, Fray Francisco de Morales (se cree que uno de los doce primeros franciscanos que llegó al lugar), Con Fray Alcocer fundan el convento con el nombre de Convento de Nuestra Señora de los Ángeles. Un año más tarde (1549) se inicia la construcción de la primitiva iglesia, también dedicada a San Francisco, siendo acabada 1581.
También me cuenta Pepe que unos vente años más tarde una descomunal nevada hace que esta primitiva iglesia se desplome, por lo que entre 1743-44 se inicia la construcción de una nueva que es la que tenemos aquí delante. Diez años después se techa el edificio y se cierra la cúpula y el 23 de Abril de 1784 es consagrada por el Obispo Campos. Hasta 1790 no se terminan los relieves de la fachada y como aún carece de torres , la construcción de esta se inicia en 1885. Hasta 1948 no se declara Basílica (menor). A partir de 1950 y durante diez años de reconstruye parte del convento y se le da una nueva configuración al atrio. En 2005, parte del convento se convierte en el Centro Cultural Museo San francisco.
Siempre me he preguntado como los guías turísticos pueden saberse todas las fechas de todo lo que explican. Deben tener una excelente memoria. Cuando yo estudie Historia, las fechas tenían una importancia secundaria (ecepto para un catedrático que tuve llamado Sánchez Montes que nos hizo estudiar un tocho de 550 páginas, “Compendio de Historia Universal” de C. Pérez Bustamante lleno de nombres y fechas; aún lo conservo), lo que nos interesaba conocer era el desarrollo de los procesos históricos.
 
 
 
 
 
 


También recuerdo que a este estilo de decoración se le llamó barroco-mestizo. Un estilo que se desarrolló en el Virreinato del Perú entre 168 y 1780 y que afectó no solo a la arquitectura, sino sobre todo a la pintura y a la decoración de los templos. En la arquitectura se aplicó a la decoración de las fachadas de los templos, como esta decoración que contemplo. Sus motivos , muy variados, corresponden a cuatro tipos fundamentales: Flora y fauna tropical; decoración manierista con mascarones, sirenas o mujeres peces y demás elementos mitológicos; motivos indígenas, como el Sol, la Luna, pumas y jaguares, pájaros de la selva…; y motivos de la tradición cristiana de época prerrenacentistas.
 

- Hasta hace poco -me dice Pepe-, ahí donde ahora se encuentran esas terrazas a distintos niveles y hasta el fondo, hasta aquellas escaleras, había una plaza llamada Plaza de los Héroes. El monumento se ubicó en otro lugar.
Plaza de los Héroes y monumento al Mariscal Andrés de Santa Cruz.
Pepe me pregunta si quero entrar a templo de San Francisco y le digo que no, que prefiero volver al hotel. Así que sacó un móvil y llamó para que el coche viniera a recogernos. Cuando me dejaron en el Hotel Madre Tierra, me dijeron que mañana por la mañana, a las ocho, me recogerían para visitar Tihuanaco. Subí a la habitación, solté la cámara fotográfica, me asee un poco y volví a la calle con la esperanza de encontrar por allí cerca un lugar donde poder tomar algo y beberme una cerveza bien fría.

 (Continua)


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