domingo, 20 de abril de 2014

Vidas paralelas.


<PUBLICADO EN LA GACETA DE CANARIAS EL 17/05/1992>
<PÁGINA>: La otra palabra
<TITULO>: Vidas paralelas.

<SUBTÍTULO>: Cuesta esfuerzo abrir la mente a la existencia de una vida más allá de la muerte y a un proceso de reencarnación.
<AUTOR>: Alfiar
<SUMARIO>: Nada ocurre en el tiempo, sólo en el espacio.
<CUERPO DEL TEXTO>:

 (...)

Siempre me ha llamado la atención el hecho de que lo nuevo que el destino guarda, nunca se corresponde a la expectativa consciente que sobre ello habíamos proyectado.
Después de haber perdido la idea, allá en el lejano pasado del Concilio de Nicea, le ha costado al hombre de nuestra cultura cristiana, no pocos esfuerzos ir abriendo su mente a la existencia de una Vida más allá de la muerte, y a un proceso de reencarnación de esa Vida.
A la vez que el hombre occidental ha ido aceptando la idea de que el Alma reencarna, ha levantado expectativas y proyectado actitudes referente a ello. Pero es posible que la realidad, una vez más, tampoco se adapte a esas expectativas.
Como decía Meister Eckhart: "es difícil dejarse fluir en el suceder". Es difícil no quedar atrapado en las nuevas ideas que surgen en nuestro acontecer, en vez de fluir en ellas. Una idea, lo entendamos o no, es algo que afecta a nuestro proceso psíquico. Y se puede fluir o quedar atrapado en ella. Los alquimistas chinos decían que no había que interferir permanentemente, ayudando, corrigiendo, negando, o no dejando en paz, el mero existir del proceso psíquico. Que aquello que llega a nosotros, ya sea de dentro o de fuera, debe dejarse suceder psíquicamente. Se trata de observar objetivamente un fragmento de fantasía en su desarrollo. Pero la conciencia formula profundas objeciones a dejar hacer al proceso psíquico, sin inmiscuirse.
Lü Dsu
Lü Dsu, nos cuenta en el gran libro de la Alquimia China, el "El Secreto de la Flor de Oro", el proceso de la Transformación de la Luz. Dice que "cuando las ocupaciones vienen a nosotros, se las debe discernir hasta el fondo". Y este discernimiento es psíquico, no intelectual. En esa disposición, uno debe aceptar lo que le viene, sea de fuera o de dentro, en la forma en que lo quiere la Ley de la Vida, y tomar de fuera lo que previamente jamás hubiera aceptado de fuera, o de dentro lo que hasta entonces había constantemente excluido.
Este fluir psíquico es necesario si queremos contemplar la idea de las Vidas paralelas, idea que afecta a la que tenemos sobre la reencarnación como un proceso en el tiempo.
Esta idea ya había sido expresada en el libro de Richard Bach "UNO". El protagonista de la historia, Richard y su compañera Leslie, dos personalidades vivas en su propio presente, se ponen en contacto con otras personalidades, que son ellos mismos, -la misma esencia-, en otros tiempos y espacios alternativos.
¿Se les ha ocurrido pensar la idea de que tan sólo creemos movernos? ¿La idea de que sólo nos movemos en nuestra conciencia? ¿Qué Tiempo es el nombre que le damos al movimiento de la conciencia, y qué todos los acontecimientos posibles en el espacio-tiempo ocurren ahora?
Los personajes del relato mantienen una conversación con otro personaje, que dice ser ellos mismos en un ahora alternativo, sobre esta idea de que todo lo que acontece ocurre a la vez, y Leslie le pregunta:
- ¿Todos los acontecimientos? ¿Todo aquello que puede suceder ha sucedido ya? ¿No existe el futuro?
- Ni el pasado -añadió Pye (personaje que era ellos mismos en un ahora paralelo)-. Ni el tiempo.
- ¿Entonces -dijo Leslie-, por qué hemos de pasar por estas experiencias  en este falso tiempo, si todo está ya hecho? ¿Por qué hemos de molestarnos?
- La cuestión no es que todo esté hecho, sino que tenemos infinitas posibilidades de elección -explicó Pye-. Las elecciones dan lugar a nuestras experiencias, y con ellas comprendemos que no somos las pequeñas criaturas que creemos ser. Somos expresiones interdimensionales de la Vida, espejos del Espíritu.
- ¿Dónde ocurre todo esto? -Quiso saber Richard.
Pye señaló hacia un dibujo de color el la superficie del océano.
- ¿El dibujo? -sugirió Leslie-. ¡Oh! ¡Nuestras elecciones! ¡El dibujo representa los caminos que hemos seguido, los desvíos que hemos tomado! Y todos las rutas posibles que habríamos podido tomar, que hemos tomado en...
- ¿Otras vidas paralelas? -concluyó Richard-. ¡Otras vidas alternativas!
- ¡Volamos hacia lo alto -exclamó Leslie-, y ganamos perspectiva! Podemos ver todas las elecciones, bifurcaciones y encrucijadas. Pero cuanto más bajo volemos, más perspectiva perdemos. ¡Y cuando aterrizamos, nuestra perspectiva sobre todas las demás posibilidades, desaparece por completo! Nos concentramos en los detalles; los detalles del día, de la hora, del minuto...! ¡Y las vidas alternativas quedan olvidadas!
- ¡Qué hermosa metáfora habéis imaginado para explorar quienes sois realmente! -comentó Pye-. Un tapiz, un diseño en un océano interminable.
- ¿No hay nada predeterminado? -inquirió Richard-. ¿No existe el destino?
- ¡Claro que existe el destino! -contestó Pye-. Pero no te empuja donde tú no quieres ir. Sois vosotros quienes decidís. El destino depende de vosotros.
- Nosotros decidiríamos volver a casa Pye, ¿como podemos regresar?
- Regresar es fácil; es saltar de un madero. Vuestro diseño es psíquico, pero el camino de regreso es espiritual. Dejaos guiar por el amor... Hay un nivel en vosotros que sabe todo lo que hay por saber. Buscad ese nivel, pedidle que os guíe y confiad que seréis conducidos allí donde más necesitéis ir.
Por las fechas en que se editaba este libro, 1988, recibimos una comunicación del otro lado, en la que se hablaba de este tema. Al principio nos dejó un tanto estupefactos. Por aquello de las expectativas y el quedarse trabados en las ideas. Luego nos extrañó la sincronía de la llegada del libro y la llegada del mensaje (24/11/88); un año después, tuvimos la experiencia de esa realidad. Era como si algo se configurara sincrónicamente en nuestro dibujo personal, para que la conciencia se abriera a esa realidad.
He aquí el mensaje recibido:

Las vidas paralelas es la reencarnación simultánea. Nada ocurre en el tiempo, sólo en el espacio. Todas las experiencias que la conciencia divina personal tiene que aprender y grabar dentro de ella, ocurren todas a la vez. Es como si se tratara de las líneas de un pentagrama: cada nota está sobre la línea, pero sólo adquiere sentido en el conjunto armónico del sonido completo. O tal vez como los planos o secuencias de una película: cada plano es independiente dentro de la trama total, pero es cuando todos los planos se han desarrollado en una proyección, que el argumento adquiere sentido. Y el argumento es la experiencia de Vida de una Conciencia Espiritual a través de cada plano y de cada vida en todo un conjunto simultáneo.
Por eso es tan fácil contemplar, una vez desencarnados, la totalidad de las vidas, personajes o situaciones de cada encarnación. Basta asomarse al plano físico donde todo está ocurriendo a la vez, donde cada vivencia está siendo reflejada en la luz de forma simultánea. De ello se desprende la compleja relación entre los seres humanos, las tendencias a acercarse o a alejarse entre algunas personas. Cada ser aprende lo que es necesario para él, aquello que le resulta más difícil de aceptar o de desprenderse, en una multitud de ocasiones diversas, con escenarios y factores variados, pero cuya temática es siempre la misma, hasta que lo aprendido se incorpora a la conciencia de forma profunda.
El proceso es absolutamente lógico, incluidas en él las sucesivas desencarnaciones que sirven al alma de proceso de reflexión. Cada ser es una nota emitida constantemente desde la mente del Padre, que va bajando por las esferas de los planos de creación y que, cuando llega a los límites de la materia, se hace visible en cuerpos simultáneos, por los cuales empieza a experimentar la vibración de la nota del rayo que la ha emitido, adquiriendo el conocimiento necesario hasta completar su imagen divina reflejada de forma perfecta.
Si comprendéis bien esta idea, si la razonáis, puede abrirse en vuestra mente un proceso infinito de situaciones simultáneas, que adquieren un sentido más profundo para vuestra comprensión. De ahí los lazos entrañables con ciertas personas, de ahí la dureza del acercamiento a otras. Es algo que está vivo, que no pertenece al pasado remoto. Es vuestra conciencia viva y despierta ante la inmensidad que constituye vuestros sentimientos y vuestros procesos internos ante un Ahora infinito, donde vuestra relación con el resto del Universo se funde dentro de un abrazo. Todo es ahora, todo vive palpitante dentro y fuera de vosotros, y las sensaciones con que vuestra conciencia experimenta su propia individualidad, se ven más profundamente realizadas dentro de una obra interna cuya comprensión podéis ver más clara cada día.

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