domingo, 5 de enero de 2014

EL MITO DE EROS Y PSIQUE Y LA PSICOLÓGICA FEMENINA (4)



 EL MITO DE EROS Y PSIQUE Y LA PSICOLÓGICA FEMENINA

A LA BÚSQUEDA DE LO FEMENINO INTERIOR

(IV)

Eros y paique. Ninot de falla en el museo del ninot de Valencia.
Terminamos la última vez diciendo que Afrodita impone a Psique cuatro pruebas, las cuales representan y simbolizan uno de los más profundos testimonios de la psicología del inconsciente. El que el mito provenga de una época tan remota de nuestra historia psíquica colectiva, no le ha restado ni un ápice de su valor y actualidad, lo cual proclama su universalidad y atemporalidad.
Cuando Psique acude ante el altar de Afrodita, esta le suelta un imponente discurso, pero, ¿por qué Psique debe acudir ante el altar de Afrodita? ¿No existe otro lugar en donde acudir en busca de ayuda?

(...)

Los Trabajos de Psique, 1873,  John Roddam Spencer Stanhope.
Dice Jung que los procesos psicológicos surgen enlazados unos a otros en una gavilla de ingenuidad; el problema que esto genera, la espera, su solución, son aspectos distintos de una única y coherente estructura psicológica, de un complejo. Las cuatro pruebas que tiene que realizar Psique forman parte de la estructura de este "complejo" psíquico.

La primera prueba de Psique. Vitral del castillo de Chantilly.
Después de un inflamado discurso, Afrodita muestra a Psique en que consiste su primera tarea: le presenta un inmenso cesto lleno de diferentes tipos de semillas, todas mezcladas, y le pide que las separe y clasifique y que, para ello, tiene de tiempo hasta que llegue la noche; si fracasa, su castigo será la muerte. Psique se enfrenta a una tarea que considera imposible; se echa a llorar y, una vez más, decide suicidarse. Como en los cuentos de hadas, muchos de los cuales son versiones modernas de estos viejos mitos, un ejército de hormigas acude en su ayuda.

Las laboriosas hormigas separan las semillas y las clasifican sin ningún error, terminando la tarea antes de que comience la noche. Cuando Afrodita regresa, esperando ver como Psique no ha podido hacer el trabajo, no tiene más remedio que admitir que para tratarse de una infeliz mortal no lo ha hecho mal.
¿Pueden percibir el tremendo simbolismo que hay en esta prueba? ¡Seleccionar y ordenar una pila de semillas diferentes! ¿Acaso en la vida real, en las cuestiones prácticas de nuestra vida en el hogar, en el trabajo, no es para muchos un desafío el mantener el orden? ¿Acaso ese orden y forma no es clasificación? ¡Y que decir de los contenidos de nuestro mundo interior! Pensamientos, sentimientos, ideas... apiladas en desorden por los avatares de nuestra existencia, desconocidos para la conciencia en su mayor parte. Si no realizamos ese trabajo, nuestra vida se convierte en un caos.
Hasta cuando un hombre y una mujer hacen el amor, podemos percibir en los procesos biológicos que se desarrollan como, de la ingente cantidad de espermatozoides que él le entrega a la mujer, ella, a través de su afinidad y receptividad, debe elegir uno para producir el milagro de un acto creador. Con su capacidad clasificadora, lo femenino, debe elegir una semilla y convertirla en fruto.
Son muchas las culturas, entre ellas la nuestra, que han intentado eliminar esta clasificación que debe realizar la parte femenina de nuestra naturaleza sustituyéndola por las ordenanzas y las leyes, las cuales establecen cual ha de ser la tarea que han de realizar las mujeres, lo que las exime de tener que clasificar. Pero una mujer, y lo femenino en general, debe saber diferenciar y discernir de un modo creativo; de ahí que tenga que encontrar su naturaleza de hormiga (una cualidad primitiva, ctónica y telúrica) para que le ayude. La naturaleza de hormiga no es el intelecto ni la mente concreta, que pasa su existencia moliendo continuamente todo lo que pasa por ella en inútiles elucubraciones, es algo que no tiene reglas que seguir; por el contrario, es algo instintivo y lleno de serenidad, algo que es peculiar de lo femenino.
Cada mujer tiene su propia pericia para desarrollar y llevar a cabo este atributo clasificador; también el lado femenino de cada hombre. De vez en cuando es necesario hacer limpieza y deshacerse de lo que se ha ido acumulando y volver a poner en orden lo que queda. Este atributo clasificador, no sólo tiene una dimensión exterior, también tiene otra dimensión interior, y esta es la más importante. El inconsciente nos proporciona una increíble cantidad de material para clasificar. La clasificación de éste material interno nos protege, sobre todo a la mujer y a su familia, de las tempestades internas que surgen de pronto y tanto daño y dolor causan, a ella y a los que la rodean, por sus excesos al exteriorizarse. Los sentimientos, los valores, la regulación del tiempo, la demarcación del espacio, son también increíbles campos de clasificación propios de las mujeres y de lo femenino en general.
Algunos símbolos representan al matrimonio como un hombre y una mujer unidos espalda contra espalda, indicando que cada uno protege al otro a través de sus facultades peculiares. La tarea femenina consiste, no sólo en protegerse a sí misma, sino también a su compañero y a su familia de los peligros del mundo interno: malos humores, inflaciones del ego, excesos, vulnerabilidades y lo que hasta hace poco tiempo solía llamarse "posesiones". Estas son las cosas que lo femenino y, por lo tanto, una mujer, puede manejar mucho mejor que un hombre, cuya tarea propia es enfrentar el mundo exterior y mantener su seguridad para él y para su familia.

Las mujeres de nuestra moderna, tecnificada y agresiva sociedad capitalista y patriarcal, corren el peligro que supone creer que ellas tienen que enfrentar el mundo exterior tal como lo hacen los hombres, lo cual deja desprotegido su mundo interno;  es a través de esa desprotección que se cuelan un gran número de problemas, siendo los niños los que primero sufren las consecuencias de esta vulnerabilidad. Quisiera aclarar que estamos hablando de psicología profunda, de procesos que suceden en nuestra interioridad, aunque existan correspondencias entre los niveles internos y externos.
Jung relata el caso clínico de un hombre que acudió a su consulta. Jung le pidió que le hablara de sus sueños, a lo que el hombre respondió que él nunca soñaba, pero que su hijo de seis años soñaba intensamente. Jung le pidió que escribiera los sueños de su hijo y así lo hizo durante varias semanas y, de una forma inesperada para él, comenzó a soñar, a la vez que los sueños de su hijo cesaban. Cuando se lo contó a Jung, éste le explicó que sin que él se hubiera dado cuenta, había dejado de lado una dimensión importante de su vida, su realidad femenina interior, y el hijo, también inconscientemente, se había visto obligado a llevar esa carga por él; y señaló que la mejor herencia que le podía dejar a su hijo era un inconsciente límpido y no la propia vida no vivida y reprimida en la profundidad del inconsciente algo que tendrá que encarar como "adversario interior". En general, es la mujer la que tiende a esta desatención interna, aunque en el paciente de Jung, la tarea que había recaído sobre el niño era la del padre.
La segunda prueba de Psique. Vitral del castillo de Chantilly.
Superada la primera de las pruebas, Afrodita le dice a Psique que tiene que ir a un lugar situado al otro lado del río y traer vellones de lana dorada de los carneros del Sol que allí pacen. E, igual que la vez anterior, tiene de plazo hasta la caída de la noche, o el castigo será la muerte. En este trabajo, Psique se enfrenta, por primera vez con su propio poder y temeridad, pues los carneros del Sol viven salvajes y es peligroso acercarse a ellos. Al contemplar la magnitud de la prueba, Psique se derrumba y de nuevo quiere suicidarse. Camina hacia el río que la separa del territorio de los carneros con la intención de arrojarse a sus aguas. Y justo en el instante en que va a hacerlo, unos juncos que crecen en la orilla del río la hablan y la aconsejan.
Los juncos que crecen junto al río aconsejan a Paique. Vitral del Castillo de Chantill.
Los juncos son un humilde producto del lugar, de ese fango formado por la confluencia del agua y de la tierra. Ellos le dicen a Psique que para recoger los dorados vellones de lana de los carneros del Sol, no se acerque a ellos durante las horas de luz solar, pues la embestirían matándola. Pero que cuando el sol vaya a ponerse, en el momento del crepúsculo, cruce el río y cojan los vellones de lana que han quedado enganchados en las zarzas y matorrales, pues con lo que recoja así tendrá bastante para satisfacer a Afrodita, sin tener que poner en peligro su vida, sin tener que aproximarse en forma directa a tan formidables criaturas armadas de terribles cuernos.
La masculinidad suele parecerse generalmente a un carnero salvaje cuando a la mujer le llega el momento de tener que afrontar esa energía y asimilar esa cualidad en su mundo interior. ¿Cuántas jóvenes llenas de femineidad, al comenzar su vida de adultas, contemplan el mundo moderno pensando que han de caminar a través de él con el peligro de ser atropelladas, violadas, despersonalizadas, por la naturaleza carnera de la sociedad patriarcal? Esa visión ensombrece sus semblantes.
Los carneros del Sol representan o simbolizan esa inmensa cualidad, ese tremendo poder instintivo, elemental y masculino que puede irrumpir de forma súbita, como si fuera un bárbaro invasor, apoderándose de la personalidad. La experiencia de la zarza ardiente de la Biblia es un ejemplo de este terrible y trascendental poder que, descontrolado, causa pavor allí donde se manifiesta. Este terrible poder surge de la profundidad del inconsciente y avasalla al ego consciente, de ahí que haya que aprender a manejarlo, sobre todo una mujer, pues un hombre está mejor preparado para controlar tal energía.

 
El mito nos dice, mejor dicho, le dice a la mujer y a lo femenino en general, como ha de manejar la energía masculina y como debe aproximarse a ella. Los juncos la aconsejan que no lo haga a la luz del día, sino en el crepúsculo, cuando la potencia solar está al mínimo de su influencia. Los juncos aconsejan también a Psique que no coja los vellones de dorada lana directamente de los carneros, sino que recoja sólo los que hayan quedado enganchados en los matorrales y zarzas. En la actualidad, podemos ver a demasiada gente que piensan que el "poder" consiste en arrebatar un vellón de lana a un carnero solar y luego aparecer triunfadores bajo el sol del mediodía.
El poder es una espada de doble filo, de ahí que el mejor consejo que se nos puede dar es el de que sólo se tome lo que se necesita y tan apaciblemente como sea posible. El poder se amortigua cuando podemos controlar las poderosas voces que resuenan en nuestro interior. Extralimitarse en el uso del poder, lo convierte en algo perverso y violento que sólo deja tras de si despojos y destrucción.
Los que ingieren drogas saben de los terribles efectos de este poder cuando se enfrentan a una experiencia interior. Los hombres y mujeres de occidente no nos hemos dado cuenta aún que desde hace dos mil y pico de años, cabalgamos a lomos de un carnero solar de inmensas proporciones, un carnero que después de destruir el planeta está a punto de derribarnos y cornearnos hasta destruirnos. El mito nos advierte que sólo debemos coger el poder que necesitamos en cada instante, que hagamos el "sacrificio" de desprendernos del poder que no necesitamos y que mantengamos nuestra relaciones con él en un estado de equilibrio.
Sanson y Dalila. Andrea mantegna 1495.
La idea de tener que tomar sólo los vellones que dejan los carneros, ya sea este poder el uso de la energía científica-racional masculina, o el poder mal llamado sobrenatural, puede parecerle intolerable a una mujer moderna. ¿Por qué una mujer ha de tener tan sólo una parte de ese poder? ¿Por qué no puede, simplemente, abatir al carnero, tomar su vellón y emerger triunfante como cualquier hombre? Eso fue lo que hizo Dalila al cortar el cabello de Sansón y todo el mundo conoce la destrucción que generó. El mito de Psique nos dice que una mujer puede obtener la necesaria energía masculina para sus propias necesidades, sin tener que entrar en juegos de poder. Hacerlo al modo de Psique, gentilmente. No es necesario cortarle los cabellos a Sansón para arrebatarle su poder.
 
La pregunta sería, ¿cuanta energía masculina es la suficiente? La respuesta es siempre: ¡el equilibrio!; es decir, tanto como se sea capaz de manejar sin que la mujer pierda el control de su identidad femenina y sólo use esa energía masculina como una herramienta de forma equilibrada y con una clara conciencia de lo que maneja. Lo mismo es válido para el hombre: él puede usar tanta energía femenina como pueda manejar, mientras siga siendo un hombre equilibrado que recurre a su lado femenino de modo consciente. “Nada en exceso”, decía la segunda parte del Oráculo de Delfos, después de indicar al hombre que se conociera a si mismo, es decir, que tuviera conciencia de los dos lados de su naturaleza y los mantuviera en equilibrio.
Cuando Afrodita descubre, al llegar la noche, que Psique ha reunido los suficientes vellones dorados para satisfacerla, se encoleriza y decide que esta será la última vez que Psique supere una prueba.
P. P. Rubens. Psuqe y su tercera prueba.1610. Museo del Padro.
En la tercera prueba, Afrodita envía a Psique a que llene una copa de cristal en uno de los ríos del Hades, aquel que se precipita por un majestuoso torrente desde una elevada montaña y luego desaparece bajo la tierra para regresar interiormente a la cima de la montaña en una corriente circular, que tiene por extremos las más elevadas cumbres y los más profundos avernos. Este extraño río se encuentra vigilado por terribles y peligrosos monstruos y, no existe ningún lugar, cerca del torrente, en el que Psique pueda detenerse para llenar la copa.
Fiel a su costumbre, Psique se desploma abrumaba por la derrota; ni siquiera logra llorar. La idea del suicidio vuelve a aparecer en su mente. Y, en ese momento, el águila de Zeus aparece volando en el cielo. Este águila es una gran compañera y amiga del rey de los dioses, incluso le ayudaba en sus escarceos amorosos, por lo que entre ambos existía una gran camaradería.
Max-Klinger-Psique, Júpiter y el águila.
En este tercer trabajo de Psique, Zeus ha decidido tomar abiertamente partido y acudir en ayuda de su hijo Eros, por lo que le pide al águila que ayude a Psique a obtener lo que quiere Afrodita. Esto quiere decir que Psique ha aprendido a hacer un uso equilibrado de la energía masculina. El espléndido animal vuela hasta una Psique abatida por la desgracia y le pide que le de la copa de cristal. Con ella entre las garras, el águila vuela hasta el centro del torrente, inclina la copa hacia las peligrosas aguas y la llena, devolviéndosela luego a Psique, con lo que ésta logra finalizar con éxito la insuperable prueba.
Burne Jones (1865) Eros y Psique
El extraño río sigue siendo el Río de la Vida y la Muerte que fluye, en una corriente veloz y traicionera, entre resbaladizas y escarpadas riberas, desde las elevadas alturas a los profundos abismos. Si uno se acerca demasiado, puede ser arrastrado por la corriente y ahogarse en sus aguas, o despedazarse al caer desde las escarpadas rocas. En este trabajo, el mito nos dice como debe ser el vínculo que una mujer establece con la vastedad de la Vida: tomar sólo una copa de agua. El polo femenino del Espíritu sólo hace una única cosa cada vez y ha de hacerla bien y proporcionadamente. Puede tomar todas las copas que quiera, es decir, puede realizar una segunda, una quinta o una décima actividad, pero ha de hacerlo de una en una, ha de tomar una copa cada vez y de modo ordenado.
Burne Jones (1865) El Águila y Psique.
El aspecto femenino de la psique humana ha sido descrito como si fuera una consciencia desenfrenada. Ello se debe a que la naturaleza femenina está repleta de esa rica variedad que constituyen todas las posibilidades de la vida; el problema es que propende a actualizarlas todas a la vez, y eso es algo imposible, no se pueden hacer todas las cosas al mismo tiempo. Muchas de las posibilidades que se abren ante nosotros, se oponen entre si y debe elegirse entre ellas. De ahí que se necesite la visión panorámica del águila, que al mirar el vasto río, es capaz de enfocar su visión en un único punto; es así como se puede capturar una sola copa de agua, es decir, una posibilidad de actualización del proceloso Río de la Vida.
En nuestro mundo moderno es común escuchar herejías como esta: “Si poco es bueno, mucho es mejor”. Seguir esta ley, es construirse una vida que nunca estará colmada, una vida que nunca se sacia, pues hasta cuando nos encontramos inmersos en una experiencia provechosa, estamos a la vez pensando y preocupándonos por otras cosas. El no lograr la satisfacción se debe a que los planes que se proyectan para el futuro siempre se entrometen con el presente.
El mito de Eros y Psique nos recomienda que un poco de calidad, experimentada con elevada conciencia, es suficiente. Como decían los alquimistas y los poetas, podemos contemplar el mundo en un grano de arena, de igual manera podemos enfocarnos en un aspecto de la vida, o en una experiencia, concentrándonos en ella, beber de ella y quedar satisfechos. Entonces se puede pasar a la actividad siguiente de manera ordenada.
Copa islámica de cristal  decorada con un lustre metálico. Museo Nacional de Damasco (Siria).
La copa de cristal es como el Grial: el contenedor del Agua de la Vida. El cristal es una creación artificial, frágil y preciosa. Esta copa de cristal es un símbolo del ego humano; una realidad psíquica construida por la naturaleza para que podamos enfocar el mundo externo; y, ese ego, esa copa, es el contenedor de una pequeña parte de la inmensa vastedad del Río de la Vida. Si el ego humano, como la frágil copa, no es cuidadosa y sabiamente utilizada, el hermoso pero traicionero Río de la Vida lo hará añicos y romperá el cristal en mil pedazos.
Muchos seres humanos son rotos así por el Río de la Vida, de ahí que sea tan importante adquirir una visión como la del águila, capaz de ver con claridad el lugar exacto en que uno ha de penetrar en el Río de la Vida, para extraer, de un modo justo, aquella posibilidad que se nos ofrece para actualizarla. El ego que intenta actualizar algo de lo que discurre por el vasto inconsciente hacia la vida humana consciente, debe aprender a tomar una sola copa de esa "agua" cada vez; si no, corre el peligro de ser sobrepasado y una inundación de contenidos inconscientes lo ahogará y quebrará.
Como individuos, podemos mirar hacia la estrepitosa y arremolinada confusión en que la vida se manifiesta ante nosotros y sentir también, con angustiosa desesperación, que no podemos coger ninguna opción. Esto se debe a nuestro estrecho punto de vista, que nos impide tener, con la suficiente claridad y precisión, una mayor perspectiva. Es en este momento en que necesitamos de la peculiar visión que posee el águila, una visión capaz de contemplar, desde una amplia panorámica, el Río de la Vida y enfocar la visión en un sólo objetivo que podremos coger para actualizarlo creativamente.
Visto desde una ambición normal, es probable que sea algo que no tenga excesiva importancia, pero es seguro que es un paso necesario para seguir progresando en el crecimiento personal.
El cuarto trabajo de Psique es el más importante y también el más difícil. Son muy pocas las mujeres que llegan a este grado de desarrollo, y el lenguaje con el que el mito nos lo cuenta puede parecernos extraño y remoto. Para las pocas mujeres que alcanzan esta prueba, la información que el mito proporciona es algo de un inmenso valor.
Dante Gabriel Rossetti. Perséfone o Proserpina.
Afrodita, fiel a sus formas, vuelve a imponer a Psique una tarea imposible para cualquier mujer mortal. Da instrucciones a Psique para que descienda a los Infiernos y le pida a Perséfone -la Reina de los Misterios, la más oculta y eterna de las doncellas del Hades- un cofre con un ungüento de belleza que luego Psique debe entregarle a ella. Esta vez si que Psique se encuentra sin salida, así que se dirige hacia una elevada Torre desde la que pretende arrojarse a fin de escapar a su trágico destino.
Será la propia Torre, elegida primero como huída, la que proporcione a Psique la información que necesita para realizar la prueba. Una información de lo más extraña. Psique es instruida para que acuda a un lugar difícil y apartado donde ha de buscar la boca por la que respira el Hades, ya que desde allí, nace un camino no señalado que conduce hasta el palacio de Hades, el dios del Averno.
Imagen hipotética del estado de la Torre de Hércules en la Edad Media (entre los Siglos V y IX). Imagen propiedad de Enrique Cabarcos/Factoría gráfica. Copyright 1994.
La Torre le dice a Psique que no debe ir con las manos vacías, pues tendrá que pagar un precio para llegar a su destino. Le dice que ha de llevar en sus manos una tarta de cebada y miel partida en dos trozos y también dos monedas entre los dientes, así como toda la fortaleza que pueda reunir para enfrentarse a tan difícil prueba. No se puede entrar en el Hades gratuitamente.
Psique encuentra la dirección correcta y desciende hasta el río donde encuentra a un hombre cojo cargado con varios haces de leña. Algunos caen al suelo y Psique, con generosidad, se presta a recogerlos y a ayudar al lisiado. Pero en ese momento, recuerda que la Torre le ha recomendado encarecidamente, casi le ha prohibido, que preste alguna ayuda, puesto que ello la dejaría sin energías, energías que necesitará para enfrentar la difíciles pruebas que la esperan más adelante.
Spencer Stanhope. Caronte y Psique (1890)
Después de cruzar el río, Psique llega hasta donde está Caronte, quien le pide una moneda para cruzar la laguna Estigia que rodea el Hades. Al cruzar la laguna, Psique ve a un hombre que se está ahogando y que pide ayuda; pero ella, recordando el consejo de la Torre, debe negarse. Cuando una mujer está en el camino de enfrentarse a Perséfone, debe reservar todas sus energías y todos sus recursos sin involucrarse en otras tareas.
El bosque de las harpías. Gustavo Doré.
Ya en el Hades, Psique se encuentra a tres ancianas, son las Harpias, las tejedoras del destino de los seres humanos. También le piden a Psique que les de algo de comer a cambio de revelarle cual será su destino, pero ella debe continuar sin prestarles atención. ¿Qué mujer podría rechazar la oferta de las Harpís sin detenerse a conocer algo de lo que les deparará el futuro? Psique había sido advertida por la Torre de que si pierdía o gastaba inútilmente un trozo de torta por el camino, se quedaría sin el pago que tendría que hacer en el momento más peligroso de su travesía, pues sin ese pago jamás podría regresar al mundo humano de la Luz.
Ese momento de peligro es su encuentro con Cerbero, el perro de tres cabezas, guardián del Hades. Psique arroja a Cerbero la primera mitad de la torta y mientras las tres cabezas se la disputan, ella avanza por un estrecho pasaje. Por fin Psique llega a la antecámara de Perséfone, la eterna doncella, la que oficia en los más profundos y ocultos misterios y, como la Torre la había prevenido, Psique rechaza la hospitalidad que esta le ofrece. Sólo acepta una sencilla comida y, para ingerirla, se sienta en el suelo. Una antigua ley establecía que cualquier ser quedaba vinculado a cualquiera que le diera cobijo y hospitalidad, de forma que si Psique aceptaba la hospitalidad de Perséfone, quedaría ligada a ella para siempre y de lo que se trata es de liberarse de toda dependencia interior.
1906 Evelyn de Morgan: Persephone.
 Los anteriores trabajos interiores han fortalecido a Psique. Su fortaleza ha crecido en vigor y en sabiduría, ello le ha permitido pasar los primeros peligros del Hades y, ahora, le da suficiente valor para solicitar de Perséfone el cofre con el ungüento de belleza que le ha pedido Afrodita. Perséfone se entrega el cofre sin hacerle preguntas, con lo que Psique inicia el camino de regreso.


El mito cuenta que Perséfone le entrega a Psique "un cofre que contiene un secreto mágico"; más adelante veremos que sucede con ello. Por ahora, Psique vuelve a encontrarse con Cerbero y le da la otra mitad de la torta, también usa la segunda moneda para que Caronte la cruce de nuevo por la laguna Estigia. Y he aquí, que cuando ya está a punto de finalizar la prueba, la última de las recomendaciones que le había dado la Torre resulta ser demasiado para Psique y ella desobedece el consejo. La Torre la había aconsejado que nunca abriera el cofre, ni hiciera preguntas sobre su contenido. Pero cuando Psique casi ha conseguido pasar la prueba y tiene a la vista la luz del mundo humano, es tentada por un pensamiento muy femenino: "Tengo en mis manos la belleza de Afrodita -piensa Psique-, ¿por qué no echar una mirada al cofre y tomar un poco del ungüento para llegar a ser tan bella como ella y así volver a conquistar a Eros?"
Psique abre la caja que le ha entragado Perséfone. Jonh William Waterhouse (1903).
Pensado y hecho. Más, ¡ay!, al abrir el cofre, Psique descubre que está vacío, aunque vacío sólo en un sentido físico, pues la Nada emerge como un sueño infernal y mortal que cae sobre ella. Psique se derrumba sobre el camino como un cuerpo sin alma al que se le han cerrado los sentidos.
Anthonis van Dyck. Eros despierta a Psique del sueño en que la nada la ha sumergido.
Eros había estado observando todo el proceso de la prueba de Psique y advierte el terrible destino que ha caído sobre ella, por lo que escapa de la custodia en la que lo tiene su madre para acudir en ayuda de Psique. Llega hasta ella y borra de su rostro la huella del mortal sueño, logrando introducir de nuevo a la Nada en el cofre. Luego, con la punta de una de sus flechas, la despierta. Eros regaña a Psique por su imprudencia de sucumbir a la curiosidad, una curiosidad que ha estado a punto de costarle la vida. Eros da instrucciones a Psique para que concluya su tarea y ésta se presenta por fin ante Afrodita con el misterioso y terrible cofre.
Eros ante Zeus
Cuando Eros deja a Psique para que se presente ante su madre, el dios vuela hasta su padre Zeus y le pide ayuda para su relación con Psique. Zeus amonesta a Eros por su voluble conducta anterior, pero accede a sus ruegos y convoca una reunión de todos los dioses del Olimpo, pidiendo a Hermes que lleve a Psique ante él.
Boucher.. "Le mariage de Psyché et de l'Amour"
Cuando Psique está presente ante Zeus y la Asamblea de dioses, el padre de los dioses anuncia que la tiranía amorosa de Eros ha sobrepasado los límites y que ha llegado el momento en que Eros contraiga matrimonio, designando a Psique como la esposa de Eros. Pero como Psique es una mortal, Zeus inviste a Psique de la Inmortalidad dándole a beber una copa de ambrosía; luego, hace prometer a Eros que jamás volverá a abandonarla y que será su esposa por toda la eternidad.
Banquete de Eros y Psique. Giulio Romano.
Cuanta el mito que hubo en el Olimpo fiestas como jamás antes se habían celebrado. El banquete nupcial estuvo presidido por Zeus y Hermes sirvió los manjares, mientras Ganímides llenaba las copas de Ambrosía. También Apolo tocó su lira y hasta Afrodita se sintió satisfecha y acogió feliz a los esposos. Llegado el momento, Psique da a luz un niña llamada Placer.
¿Qué significa éste último trabajo de Psique? Pues significa, ni más ni menos, el paso al más profundo y completo crecimiento personal de una mujer; aunque no sería prudente emprender un viaje así, a menos que se hayan realizado los trabajos anteriores. Afrontar esta cuarta prueba demasiado pronto equivale, de hecho, a fracasar. Igual de terrible puede ser también rehuir la prueba cuando la Vida la pone ante ella.
A. Andrew González
En la Antigüedad, pocas solian ser las mujeres que enfrentaban las pruebas a las que fue sometida Psique; pero en el presente, son cada vez más las mujeres de Occidente que son convocadas a iniciar este proceso de evolución. Ellas, sean o no conscientes de ello, generan ese poder interior. Por ello es importante afrontar la primera de las pruebas cuando esta se presenta. Una vez que se ha iniciado el proceso es imposible ignorarlo.
Dánae de Jan Gossaert (1527)
Tiziano. Dánae recibiendo la lluvia de oro (versión de 1545-46 arriba y de 1553-54 abajo)
¿Qué es lo que el mito y esta última prueba enseña a las mujeres? Si nos fijamos en cada uno de los seres que aconsejaron a Psique en las pruebas anteriores, vemos que son elementos de la Naturaleza: hormigas, juncos, un águila. En cambio, una Torre es el resultado de un trabajo humano, una obra levantada por el hombre a lo largo del tiempo. La Torre es el símbolo del legado cultural de nuestra civilización. Ese legado ayudó a Santa Teresa y ella lo llamó "el Castillo Interior". También ayudó a las mujeres en su lucha por su liberación del patriarcado. La psicología jungiana está plagada de mujeres que están desarrollando una nueva visión de estos fenómenos. Es de una enorme importancia y utilidad aprender a discernir entre los modos antiguos -ya sean orientales u occidentales- y los modernos senderos de realización personal. Pero sea como fuere, al final, cada mujer debe encontrase en su propia "torre interior" y en su sendero solitario, Como Dánae cuando, encerrada en una torre, recibe la lluvia de oro.
A. Andrew Gonzalez. Sapientia. 1994
Psique ha de abrirse camino ella sola, con sus propias fuerzas, hasta el Hades, es decir, hasta lo más profundo de su inconsciente, recorriendo caminos de sombras, de complejos reprimidos y olvidados, residuos de un pasado no vivido o no asumido y que jalonan un camino no señalizado en las profundidades de su mundo interior. Y para ello, sólo cuenta con la ayuda de su fortaleza y con el "saber" que le ha proporcionado su cultura sobre estos procesos, con su legado cultural, la Torre.
A. Andrewus González. Kore.
Este sabio legado aconseja a Psique que no se detenga mientras recorre el camino, que no se desvíe por nada a causa de su generosidad o su usual bondad femenina, pues ello le robará y restará fuerza y energía, se agotará y terminará extraviándose. Carecerá de poder para pagar a Caronte o para afrontar a Cerbero. Es por ello que esta travesía exige reposo, soledad interior y una gran acumulación de energía. No se puede ignorar a los terribles seres que pueblan el Hades; ha de pagarse un precio con la propia energía que es lo que simbolizan las dos monedas y la torta de cebada y miel, dos cosas que hay que cosechar y elaborar.
A. Andrew González. Persephone. 2003
Tampoco hay que desperdiciar la energía entregándola a Perséfone por su hospitalidad. Ello abortaría el proceso. Esa parte de la interioridad de la mujer simbolizada por Perséfone ha de ser honrada, pues en ella reside el más profundo de los misterios, pero no hay que identificarse con ella.
A. Andrew Gonzalez. The Source
El cofre está lleno de Nada. Psique había pedido un cofre con un ungüento, pero según sus ojos, el cofre estaba vacío, aunque lo llena una Nada que es el misterio más profundo y valioso que nadie pudiera poseer, a nos ser la propia Gran Madre. ¿Acaso el mito está queriendo significar que al más profundo misterio de lo femenino no debe ponérsele nombre o etiqueta, que debe seguir siendo un misterio? Sea como fuere, es ahí donde se encuentra el remedio de la propia sanación. Incluso esa "curiosidad" femenina que parece ser en principio negativa, es el paso necesario para que Eros se decida a intervenir, pues sin él el proceso no podría concluir. Tal vez tenga la misma explicación que el Grial que sólo sirve al Rey del Grial.
A. Andrew González. The Golden Dakini 2000
Cuando Psique desobedece, ella quiere ese misterioso ungüento para su propio uso y eso la deja inconsciente. Es el momento más peligroso del proceso y aquí se producen la mayoría de los fracasos. Identificarse con el Misterio es caer en la inconsciencia y de lo que se trata es de conquistar la conciencia; la identificación pone fin al proceso de evolución. Muchas mujeres que han tenido el valor de realizar el viaje hasta ese punto, han caído en la trampa de identificarse con el misterioso encanto de Perséfone (de "phero" y "phonos" = "la que trae la destrucción"), símbolo del profundo misterio de lo femenino, que convierte a la mujer en un ser sin dimensión humana.
A. Andrew. González Crescendo of the Heart
Psique logra salir de su identificación gracias al Amor, a su faceta masculina interior; el poder masculino -el soporte del legado cultural-, el que acude a rescatarla de su sueño de muerte, y es el pinchazo de una flecha de Eros -la punzada del amor- la que vuelve a despertarla devolviéndola a la vida, pues sólo el amor salva de la rigidez y el distanciamiento de una espiritualidad no compartida y parcial.
Mark Henson. Double Helix 1992
Aquí, Eros también asume una tarea divina y ayuda a Psique a conseguir la inmortalidad. Es cierto que la relación entre Psique y Eros ha sido difícil y llena de dolor, pero al final el amor prevalece. Es el momento en que Psique descubre el valor de la naturaleza arquetípica y divina de Eros. A partir de este momento, Psique y Eros participan de lo divino y de una unión en el amor tal como fue prometido desde el comienzo del mito, aunque la promesa esté expresada en términos oscuros: "sólo el amor podrá salvaros".
El problema de Eros y Psique puede resumirse en una sola palabra: NIVELES. Todos los viajes, tareas y batallas de Psique -como los de Perceval-, se comprenden mejor si los referimos a los diferentes niveles de la conciencia. Al principio del mito, Psique es arrojada a un nivel intermedio entre la muerte y la inmortalidad -el alma es la intermediaria entre la materia y el espíritu-; la victoria de Psique en sus pruebas significa la integración de estos niveles que en la conciencia ordinaria aparecen opuestos entre si. Todas sus batallas son para reconciliar estos opuestos que actúan tanto en el hombre como en la mujer.
A. Andrew González. The Oracle of  the Pearl 2001
Los sueños nos hablan de estos niveles. ¡Cuántas veces subimos y bajamos escaleras, acantilados, los pisos interiores de un edificio, montañas, en los sueños! Ahora, como hace dos mil quinientos años, Psique sigue luchando por ser la mediadora entre estos niveles; en el tiempo transcurrido sólo han cambiado los detalles. Una mujer moderna se despierta un día cualquiera y encuentra que todo es belleza y revelación, y, otro día, le pide a los dioses que la dejen en su humilde tarea cotidiana. Así, hasta que Eros la arrebata hacia su reino luminoso. Es de este encuentro de lo que trata el mito, mostrándole a la mujer que fallar en alguno de los niveles -material o espiritual-, es fallar en el proceso de evolución que se desarrolla en su interior.
A. Andrew González Saltatus Aeternum. 1998
A la mujer moderna le aterroriza el hecho de que si explora ese mundo interior, tal vez luego no encuentre el camino de vuelta al mundo cotidiano. Este es un peligro que hay que correr y es fácil pensar que se puede elegir entre uno u otro. Jung decía que aunque el hombre medieval aún vivía entre este y el otro mundo, el hombre moderno tiene que vivir en ambos mundos a la vez. Hoy, el hombre y la mujer, no pueden recluirse en un convento o retirarse a los Himalayas para desarrollar su espiritualidad, y tampoco pueden en exclusividad volcarse sobre su familia, su profesión y la actividad diaria. La tarea de un hombre o una mujer de nuestra época es la de soportar tanto lo espiritual como lo material en el marco de su vida.
A Andrew González Passion 2000
La promesa del mito es la hija que nace del amor de Eros y Psique y que recibe el nombre de Placer. Cuando una mujer haya crecido lo suficientemente en fortaleza y sabiduría, los elementos beligerantes que le costaron tanto sufrimiento y tanta ansiedad, se volverán complementarios y producirán la gran obra de arte que es la propia vida realizada en el Amor.
A. Andrew González The Sacred Marriage 1995

(Continua)


2 comentarios:

  1. Buenísimos!! Por dónde sigue? No encuentro la siguiente parte, ya leí las anteriores. Muchísimas gracias!
    Soy AtAlAntA

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  2. Muchas gracias por compartir tu trabajo. La interpretación del mito de Psique y Eros ha sido profunda y brillante.

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