miércoles, 17 de abril de 2013

Parábola de los Tres Dominios. Parábolas




PARÁBOLA DE LOS TRES DOMINIOS

Esta parábola nos muestra el destino del hombre y la realidad de su vida interior.

Tengamos presente tres cosas:

  • El trigo en los campos.
  • El agua en el arroyo.
  • La sal en una mina de sal.

Estas tres cosas – trigo, agua y sal – nos muestras la condición del “hombre natural”, el hombre que produce la vida, pero que sigue un patrón evidente para unos pocos y oculto para la mayoría.
(...)


El hombre corriente en un ser completo en algunos sentidos, pero incompleto en otros. De lo que se trata es de que llegue a su completa transformación como Ser Humano. Puede que esas sustancias permanezcan en él como están, “naturalmente”, o que circunstancias aparentemente externas las transformen. Este es el estado llamado en la parábola del Primer Dominio. Los tres elementos se encuentran en nosotros en un estado de potencialidad. El trigo aún está en el campo, el agua aún corre por el arroyo y la sal aún se encuentra en la veta de la mina. Por otro lado, cada uno ha crecido, se ha desarrollado y a llegado a estar donde está y ser lo que es a su manera.

En el Segundo Domino, encontramos que esos elementos ya han sido “elaborados”. El trigo ha sido convertido segado y descascarillado para guardarlo en el granero; el agua ha sido extraída del arroyo, purificada y canalizada a una fuente; y la sal ha sido extraída de la mina y refinada. Este es un Dominio de actividad, de trabajo y de la aplicación de un cierto conocimiento, un conocimiento específico para cada elemento, para la obtención de ciertos resultados. Es la etapa de una maestría teórica, aplicada a una práctica, a fin de plasmar esa teoría en algunos materiales -trigo, agua y sal- con la finalidad de facilitar el nacimiento, a través de una transformación, de un nuevo estado.

El Tercer Dominio comienza después de que el agua se ha mezclado con la harina, una vez que se ha cosechado y molido el trigo, y a la que se adereza con una pizca de sal, para preparar una masa a la que se le añade un poco de levadura (La levadura es un hongo microscópico unicelular -el Ascomycota- que permite llevar a cabo una fermentación a través de la descomposición de otros elementos orgánicos), es decir algo vivo. La masa se divide el hogazas que se meten en el horno para que de él salga PAN. El que el Pan sea comestible y tenga un sabor determinado, depende tanto de un conocimiento teórico como del “toque” que le da el panadero. En las Sociedades Iniciáticas de la Antigüedad a esta etapa se la llamada una Escuela de Sabiduría.

En el Primer Dominio, la materia prima se encuentra siempre disponible, pero está sin elaborar, por lo que sus elementos solo pueden tener aquel efecto que es natural y consustancial en ello. Sus posibilidades de “hacer” son escasas y están limitadas por su propio Dominio.

El Segundo Dominio, aparece cuando los materiales, una vez que los hemos descubiertos en nosotros, han sido procesados, sistematizados y preservados. Aquí un conocimiento debe ser aprendido, elaborado y preservado para ser aplicado a esos materiales ya procesados. Se trata tan solo de un conocimiento básico, pero necesario para llevar a cabo este trabajo.

 No es sino en el Tercer Dominio donde tienen lugar los procesos finales y la verdadera trasformación. Para que esta se produzca se exige de la presencia, en este caso, de un Panadero, alguien especializado en hacer Pan que “sabe” como hacerlo. Aunque este Dominio no aparece hasta que todos los ingrediente, en las proporciones correctas, han sido reunidos en un determinado lugar y en un determinado tiempo

La situación presente del ser humano es equivalente al Primer Dominio y, solo algunos, han ascendido al Segundo Dominio. Ninguno de los humanos situados en estos dominios puede “ver” aún, ni comprender con una mayor exactitud y claridad la totalidad del proceso. Por lo tanto, la mayoría de las preguntas que los humanos hacen desde esos Dominios en los que se encuentran situados, son formuladas ignorando las posibilidades potenciales que existen en el Tercer Dominio
Si estos tres elementos simbolizan la naturaleza del hombre, los hombre situados en ellos no se dan cuenta ni perciben que el Pan está a punto de ser cocido. Y mientras el hombre no comprenda este proceso del Gran Trabajo, una transformación alquímica, de una forma ordenada y disciplinada, la confusión continuará existiendo y no les será posible comunicarlo a otra gente cuya incoherencia es debida, en parte, a la confusión que en ellos existe sobre la realidad de estos tres dominios y, en parte, al deseo que tienen de apegarse a algo, sin percatarse de cuales son las etapas reales del Desarrollo Humano.

Nada se puede alcanzar simplemente por la experimentación del vivir ordinario basado en el ensayo y error; ni tampoco insistiendo repetitivamente en el trabajo de un solo Dominio, ni siquiera en el trabajo del Tercer Dominio, que no es de este tiempo, o de este lugar o de esta comunidad, ni de esta dimensión, sin comprender cuales son las verdaderas necesidades del Ser Humano.

Si el panadero puede elaborar Pan, se debe a que posee un conocimiento que ha adquirido en alguna parte. Que ha llevado a cabo un estudio y un trabajo para poder hacer Pan. Qué ha realizado por si mismo ese trabajo y ha probado el Pan elaborado.

El éxito del Trabajo en el Tercer Dominio siempre depende de las correctas formulaciones, del tiempo correcto, del lugar correcto y de las gentes y maestros adecuados.

Esta es la afirmación de los que, permanentemente, custodian la Tradición.







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